El Centro de Historias acoge desde este jueves una exposición que muestra la “relación existencial” entre el individuo y la arquitectura, un trabajo desarrollado por el artista navarro Raúl Ursua (Pamplona, 1979) durante más de seis años que se detiene en la necesidad del ser humano de crear un espacio personal donde habitar y protegerse del exterior.
Bajo el título ‘Succes&Failure’, la exposición representa las emociones y sentimientos de personas concretas mediante la arquitectura, entendiendo el éxito como la capacidad de construir y el fracaso cuando esas construcciones humanas dificultan la evolución. Por ello, la muestra, exhibe colgadas en la pared en blanco y a escala diminuta, escaleras, tuercas, arandelas y brazos de grúas que conviven con pequeñas maquetas y dibujos técnicos.
Este collage de elementos, en el que se mezclan artefactos improbables y construcciones arquetípicas, alude al proceso “constructivo” en el que se va forjando la personalidad a lo largo de la vida. Las piezas dialogan con varias fotografías, en las que aparecen retratadas personas con trajes futuristas. Después de un largo viaje al espacio, estas personas regresan a la tierra y manifiestan su experiencia por medio de la arquitectura.
De sus trajes surgen maquetas de naves espaciales y pequeñas construcciones, protuberancias que explican sus vivencias y sensaciones, y por medio de las cuales cada persona se representa. “Surgen del cuerpo de manera sorprendente, como elementos aparentemente autónomos, entre lo inquietante e inesperado, con cierta voluntad especulativa propia de la Arquitectura de ficción, que habitualmente ha utilizado el diseño como herramienta experimental para cuestionar lo cotidiano e investigar posibles escenarios para el futuro”, según se explica en el dossier.
“También se incluyen maquetas de escaleras para simbolizar el subir y el bajar constante de la vida, el ganar y el perder. Las escaleritas están expuestas con maquetas de grúas que aluden al proceso de construcción y destrucción que acompaña a nuestras vivencias”.
En resumen, durante todo el recorrido, las piezas representan los “éxitos y fracasos”, y aluden a ese vínculo entre el habitar y el construir; a la necesidad “innata e irreprimible que tiene el ser humano de colonizar su rededor y personalizar el entorno construido”.
La exposición podrá verse en el Espacio Tránsito del Centro de Historias hasta el 20 de noviembre.