El estudio llevado a cabo por el Museo de Zaragoza tras la llegada de la pieza en julio revela que la pieza habría sido realizada en el siglo XX
El octavo casco que llegó a la capital aragonesa el pasado mes de julio no pertenece al yacimiento arqueológico de Aratis, sino que se trata de una réplica fechada en el siglo XX. Así se desprende de los análisis realizados por el Museo de Zaragoza, y que han incluido, entre otros estudios, radiografías, fotos con luz ultravioleta o análisis de pigmentos y elementos metálicos.
La pieza no se incorporará a la exposición junto a los otros siete cascos celtibéricos recibidos en diciembre de 2019, procedentes del yacimiento de Aranda de Moncayo, de donde fueron expoliados en los años ochenta del pasado siglo.
Al igual que en el caso de estos siete cascos, la última pieza había sido entregada por Christian Levett, propietario del Museo de Arte Clásico de Mougins (Francia), quien lo recuperó con la única intención de entregarlo a las autoridades españolas, y que ya ha sido informado de la datación del casco. La operación fue coordinada desde el Ministerio de Cultura y Deporte junto al Gobierno de Aragón, con la colaboración de la Embajada de España en París.
En el acto de entrega de los siete cascos anteriores, celebrado el pasado mes de diciembre en la sede de la Unesco en París, el coleccionista Christian Levett puso en conocimiento de las autoridades españolas la existencia de un octavo casco, adquirido inicialmente en 2010, y del cual se había desprendido con posterioridad.
Finalmente, el pasado 21 de julio, la directora del Museo de Arte Clásico de Mougins informó que la pieza había sido encontrada, adquirida en el mercado internacional y depositada en el centro, quedando a disposición del Gobierno español para que fuera repatriada cuando así se considerase oportuno, sin contraprestación alguna.
Las gestiones para la llegada del casco, iniciadas por el Ministerio de Cultura y Deporte, en coordinación con el Departamento de Educación, Cultura y Deporte del Gobierno de Aragón, culminaron el pasado 29 de julio con la entrega de la pieza al Museo de Zaragoza para su estudio. Posteriormente, el Museo inició, como en el caso de las anteriores piezas, todos los análisis pertinentes, que han concluido que los cascos primeros son auténticos, mientras el octavo está confeccionado en el siglo XX con materiales actuales.