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Investigadores del IACS encuentran un nuevo método de diagnóstico para las enfermedades metabólicas

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Un reciente estudio realizado por científicos del Instituto Aragonés de Ciencias de la Salud (IACS) ha revelado un innovador método de diagnóstico que podría determinar el riesgo de enfermedades metabólicas en personas con obesidad. Los investigadores han identificado un biomarcador llamado ISM1, presente tanto en el tejido graso como en la sangre, que puede ayudar a clasificar a los pacientes por tipo de obesidad según la distribución de la grasa corporal.

Este biomarcador no invasivo, ISM1, ha mostrado tener relación con la ubicación y cantidad de grasa almacenada en el cuerpo. Niveles elevados de ISM1 se asocian con una mayor presencia de grasa subcutánea, considerada beneficiosa, y una disminución en la grasa visceral, que se ha relacionado con riesgos para la salud. Los resultados de este estudio han sido publicados en la revista Cardiovascular Diabetology.

El grupo de investigación ADIPOFAT, liderado por José Miguel Arbonés, ha destacado el papel crucial de este avance en el desarrollo de la medicina personalizada y de precisión. Arbonés resalta la importancia de distinguir entre los dos tipos de grasa, ya que no todas tienen el mismo impacto en la salud. Este enfoque permitiría evaluar los riesgos de salud de un individuo según las características específicas de su obesidad.

José Miguel Arbonés, investigador principal del grupo ADIPOFAT. IACS.

Método No Invasivo y Medicina Personalizada

Hasta ahora, los profesionales de la salud han utilizado el Índice de Masa Corporal (IMC) y el tamaño de la cintura como indicadores para evaluar el peso de una persona y los posibles riesgos para su salud. Sin embargo, estos métodos no son perfectos. El nuevo enfoque se basa en un estudio realizado en el Hospital Universitario Miguel Servet de Zaragoza, donde se utilizaron escáneres para analizar la distribución de grasa corporal en 125 personas obesas.

La diferenciación entre grasa subcutánea y visceral se reveló como esencial, ya que está vinculada a varios indicadores de salud metabólica. La medicina personalizada, al evaluar la distribución de la grasa en cada individuo, permite estratificar a las personas obesas en diferentes categorías de riesgo. Esto facilita la identificación de aquellos con mayor riesgo de desarrollar enfermedades metabólicas, como enfermedad del hígado graso, enfermedades cardíacas o diabetes tipo 2.

Importancia de la Grasa «Buena»

El grupo de investigación ADIPOFAT ha profundizado en la función protectora de la grasa subcutánea, destacando que su expansión puede ayudar a reducir la acumulación de grasa en el hígado. Aumentar la captación de grasa por parte de los depósitos subcutáneos podría dirigir la grasa a un área de almacenamiento más segura, reduciendo la carga sobre el hígado y protegiendo contra la enfermedad del hígado graso.

En investigaciones anteriores, este grupo demostró la capacidad de disminuir la expresión de genes relacionados con la enfermedad del hígado graso no alcohólico, la segunda causa de trasplantes de hígado en España. Estos avances abren la puerta a tratamientos y estrategias de prevención más específicos y eficaces, adaptados a la composición corporal única y al perfil de riesgo de cada persona.

En conclusión, este estudio representa un paso significativo hacia una medicina personalizada que evalúa los riesgos de enfermedades metabólicas en personas obesas, proporcionando información valiosa para el desarrollo de tratamientos más precisos y eficientes.

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