El Real Zaragoza tenía en sus manos la oportunidad de poder certificar la salvación matemática con una victoria ante el Burgos en La Romareda. Sin embargo, el equipo de Juan Ignacio Martínez ofreció un nivel competitivo y de intensidad al que no se está acostumbrado en el Municipal. El propio técnico alicantino expresaba en rueda de prensa que no se podían “tirar 45 minutos” refiriéndose a la primera parte realizada por su equipo.
De esta forma, quien sí consiguió esa permanencia matemática fue el Burgos, ahora con 50 puntos, pero no el Real Zaragoza, que tendrá que esperar hasta la siguiente jornada en Ipurúa. Para que esto ocurra, el conjunto blanquillo debería empatar frente a la SD Eibar o, en caso de no hacerlo, esperar a que la SD Amorebieta o Real Sociedad B, equipos que marcan esos puestos de descenso a la Primera RFEF con 34 puntos, empaten o caigan derrotados en sus respectivos encuentros frente a Fuenlabrada y Real Valladolid.
Y es que ahora mismo el descenso para el conjunto de JIM se sitúa a 15 unidades, cuando restan por disputarse cinco jornadas, por lo que a pesar de no ser matemática, podríamos decir que sí es virtual.
Aún así, asegurar la permanencia de forma matemática implicaría dar otro paso más en el nuevo Real Zaragoza que se quiere construir ya que, junto a la autorización del CSD, son los dos únicos pasos que faltarían para que el desembarco de la nueva propiedad fuese ya total aunque ya se esté trabajando de cara a la próxima temporada. Por tanto, la afición y el club afrontará una nueva etapa desde ese momento, una nueva etapa que deberá iniciarse tras el próximo objetivo: la salvación matemática.