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El IPC sube una décima en diciembre y 2020 cierra con una inflación del -0,6%

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El Índice de Precios de Consumo (IPC) en Aragón subió un 0,1% en diciembre con relación al mes anterior, una décima por menos que la media española donde la variación de precios fue del 0,2%. El aumento de los precios en diciembre modera la caída de la inflación interanual hasta el -0,6%, una décima más que la registrada en noviembre (-0,7%) y una décima por debajo de la del conjunto del estado (-0,5%).

Según señala el INE, la estabilidad de la tasa interanual del IPC en diciembre se debe al repunte de los precios de la electricidad en un 2,9%, frente al descenso que experimentaron en diciembre de 2019, y de los carburantes y combustibles que se incrementaron en mayor medida que el año anterior con un incremento del 3,2%. Este comportamiento es consecuencia del descenso de los precios de las frutas, mayor este año que en 2019. También influye, aunque en menor medida, la estabilidad de los precios del pescado y marisco y la disminución de los precios de las legumbres y hortalizas, que se incrementaron el pasado año.

Desde el inicio de la crisis del coronavirus, el IPC interanual encadena nueves meses consecutivos en tasas negativas, a diferencia de las subidas que experimentaba el indicador años anteriores por estas fechas. En los peores momentos de la pandemia, por ejemplo en mayo, llegó a desplomarse un -0,9%. En octubre y noviembre, coincidiendo con la segunda ola de contagios se contrajo hasta el -0,7%.

Los grupos de bienes que mayor aumento de precios registran en Aragón durante el mes de diciembre son Transporte con un 1,4% por el alza de los precios de los carburantes y Vivienda con un 1,2% debido a las subidas de los precios de la electricidad y del gasóleo para calefacción. Los que más bajaron fueron Vestido y Calzado con un -4,1% debido a las primeras bajadas de precios de la campaña de rebajas de invierno, Hoteles, Cafés y Restaurantes con un -0,8% y Alimentos y bebidas no alcohólicas con un -0,7%. El fuerte descenso acumulado durante estos meses en los combustibles y la electricidad hace que la reducción de precios interanual más acusada se de en Transporte con un -5,1% y Vivienda con -1%, aunque Comunicaciones acumula una disminución anual del -4%. En el otro lado tenemos Enseñanza con un 1,5% de incremento, Alimentos y Bebidas no Alcohólicas donde suben los precios un 1,3% anual y Otros servicios con un incremento del 1,7% respecto a diciembre de 2019.

La inflación subyacente, es decir la estructural, que no tiene en cuenta ni los alimentos no elaborados ni el precio de los carburantes, disminuye en Aragón un -0,3% situándose su tasa interanual en el 0,2%, una décima por encima de la media española (0,1%) y ocho décimas más que el IPC general. El dato de la inflación estructural muestra, por una parta, el fuerte impacto que tienen en el IPC los precios de los productos energéticos y por otra parte el ciclo recesivo en el que se encuentra nuestra economía.   

Esta situación de deflación es consecuencia del complejo escenario económico que hemos atravesado en 2020 con la crisis del Covid-19 y continuará varios meses de este año hasta que se consolide la recuperación. Por ese motivo, a pesar de que las noticias sobre vacunas eficaces son prometedoras y se prevé una reactivación económica para 2021, la situación está lejos de normalizarse, por ese motivo es importante mantener las medidas de apoyo a la economía, especialmente los ERTEs cuya extensión hasta mayo hay que terminar de acordar para seguir manteniendo el empleo.

La reactivación esperada para este año y que ya se podría estar iniciando, según los últimos indicadores, debe tener en cuenta que el impacto del Covid se ha cebado con las personas que tenían peores condiciones laborales y salariales. Como es habitual, trabajadores precarios, mujeres, jóvenes y aquellos situados en la parte más baja de la distribución salarial han sido los más damnificados.

Desde CCOO de Aragón consideramos que hay que priorizar esta situación de vulnerabilidad salarial de los colectivos más desfavorecidos en la negociación colectiva. Por esa razón exigimos el cumplimiento del IV Acuerdo para el Empleo y la Negociación Colectiva firmado por los sindicatos, cuya vigencia finaliza el 31 de diciembre de 2020, acuerdo que incluía que los salarios mínimos en los convenios alcancen los 1.000 euros mensuales, precisamente para fortalecer a estos trabajadores con salarios más bajos.

En ese mismo sentido, desde CCOO instamos al Gobierno a que no demore ni un día más la revisión al alza del SMI. Visto que el acuerdo con las organizaciones empresariales es prácticamente imposible, la mejora de los salarios más bajos no puede esperar. Las subidas del SMI en 2019 y 2020 han beneficiado a los trabajadores con sueldos más bajos, por lo que   se hace necesaria una nueva subida en 2021 con el objetivo de mejorar las condiciones salariales de los trabajadores, avanzar en el objetivo de que alcance el 60% del salario medio a lo largo de esta legislatura y consolidar la recuperación económica.

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