El Sugraf Zaragoza Balonmano se plantó con ambición y sin miedo en el polideportivo de Ipurúa ante un Arrate Eibar Eskubaloia al que trato de “tú a tú” desde el inicio del partido logrando arrancar un valioso empate “in extremis” que sabe a triunfo (40-40). El partido estuvo marcado por el alto ritmo impuesto entre dos equipos que mostraron sus mejores bazas ofensivas ante unas defensas que constantemente y durante todo el partido se vieron desbordadas. El buen juego y descaro de los zaragozanos ante el vigente campeón de grupo la pasada campaña tuvo su recompensa rozando el meridiano de la primera mitad, cuando los de Eduardo Gálvez se situaban cinco arriba ante los eibarreses con gran protagonismo en este inicio de Ortega y Sanjuan (7-11). La reacción de los locales no se hizo esperar, endosando en los siguientes minutos un parcial de 6-1 con el que instauraban de nuevo las tablas (12-12) para poco después cumplido el diecinueve, ponerse por delante por primera vez en el electrónico de Ipurua con un gol de Asier Guisasola (13-12).
Hasta llegar al descanso el Eibar mantuvo su pequeña renta sobre un conjunto maño que llegó a verse en este último tramo hasta tres abajo, quedándose finalmente su desventaja en este periodo en tan solo dos. Al descanso (19-17).
El festival goleador de un partido “de los que hacen afición” continúo en la segunda mitad con un Sugraf Zaragoza Balonmano a contracorriente. Los de Gálvez se fueron descolgando en el electrónico con el paso de los primeros minutos ante un Eibar que afinó mucho más su punto de mira pasando factura a un Sugraf Zaragoza Balonmano que volvió a pagar caro el jugar sin portero por exclusión, reflejando el luminoso en el nueve 27-22. Lejos de rendirse y tirando de “casta y garra” con un Juan Martínez que volvió a mostrar todo su potencial, los zaragozanos continuaron plantando cara a los eibarreses manteniendo el alto ritmo de juego con el que dieron inicio al partido, viendo sobre la pista del polideportivo de Ipurúa acciones muy destacadas en la continuidad de su juego dignos de conjuntos de primer nivel que sus extremos culminaron en la portería rival. A falta de cuatro, Mario Ania empataba el partido (38-38), respondiendo el Eibar con goles de Larrañaga y Guisasola (40-38). Zakaria Rabhi a falta de dos recortaba distancias, sellando el empate sobre la bocina Miguel Lanero tras una pérdida de balón del Eibar en su último ataque. Final (40-40)
D.Pastor