Dieciseis por dos. Esta la diferencia abismal entre las penas máximas pitadas a favor del Real Zaragoza en la campaña pasada y los que se han señalado a favor de los blanquillos este curso.
Si. Dieciseis fueron los penaltis pitados el año pasado en contra de los rivales del equipo comandado por Víctor Fernández. Esta temporada han sido, de momento -faltan 17 jornadas- tan solo un par.
Dos diferentes estilos, frente a frente. La realidad espléndida -al menos en la primera parte de la temporada- de un equipo lanzado a por el ascenso directo y la dura vulgaridad de una temporada plagada de sufrimientos.
Es fácil caer en simplificaciones ingenuas pero es un dato que no puede pasar desapercibido.