El proyecto «Conectados a la vida» busca reducir la brecha digital entre las personas mayores, especialmente en zonas rurales de Aragón. Desde hace una semana, se imparten cursos dirigidos a mayores de 65 años, priorizando a quienes viven solas.
Con un presupuesto de 749.000 euros, financiados por fondos europeos, la iniciativa prevé beneficiar a 4.000 mayores aragoneses en municipios de menos de 20.000 habitantes. El programa ofrece 400 cursos de iniciación y avanzados, gestionados por la empresa pública TRAGSATEC.
Los objetivos principales incluyen mejorar las competencias digitales de los mayores, evitar el aislamiento social y fomentar el uso de herramientas digitales en su vida diaria. Además, se evaluará la satisfacción de los usuarios y el impacto del programa para asegurar el cumplimiento de los objetivos.
Los cursos se desarrollan en municipios de menos de 20.000 habitantes y hogares del Instituto Aragonés de Servicios Sociales (IASS). Se utilizan dispositivos como smartphones, tabletas y ordenadores. Los contenidos abarcan desde el conocimiento básico del dispositivo hasta el uso de internet, aplicaciones útiles, redes sociales, videoconferencias y protección en la red.
El número de participantes por curso varía entre 8 y 14 personas, con una duración mínima de 8 horas para cursos básicos y 16 horas para los avanzados. Esta semana, las localidades oscenses de Bisaurri, Laspaúles, Gistaín y San Juan de Plan, así como El Burgo de Ebro y Osera de Ebro en Zaragoza, acogerán las próximas sesiones.
El proyecto ya ha captado el interés de 79 localidades aragonesas, con el objetivo de promover el uso de herramientas digitales y contribuir a una sociedad más igualitaria.