La Segunda División siempre ha sido etiquetada como una categoría de máxima igualdad, con un margen habitualmente estrecho entre los equipos que luchan por el play-off y aquellos que se encuentran sumidos en la zona baja. Tras la excepción del pasado curso, el inicio de la nueva temporada hace presagiar una SmartBank de nuevo ajustada.
El Real Sporting lidera la tabla con 10 puntos después de estas primeras 4 jornadas. El año pasado también lo hacía, pero logrando el pleno. Comandados por David Gallego, cuenta con un bloque continuista, una gran base de canteranos como Gragera, Pedro Díaz o Gaspar Campos y dos figuras resolutivas en ambas áreas: Mariño en la portería y Djuka arriba. El fichaje de Fran Villalba ya ha hecho olvidar la salida de Manu García. Sensación de proyecto en tierras asturianas.
Almería y Ponferradina pisan los talones a los rojiblancos tras sellar un 9 de 12 de salida. El ambicioso proyecto de Turki luce como uno de los principales favoritos para lograr el ascenso y, pese al desliz en casa ante el Amorebieta, lo han demostrado en las primeras jornadas: equipo con pegada, buen toque de balón y jugadores diferenciales como Sadiq, Lazo, Samú Costa o la revelación Ramazani.
La Ponferradina ha sido otra de las grandes sorpresas de este inicio de campaña. Encomendados a las exhibiciones de su portero Amir Abedzadeh y haciendo valer su condición de bloque férreo, los de Jon Pérez Bolo ya han sido capaces de ganar al Girona o al Eibar en Ipurua. Yuri sigue goleando, por cierto.
En la cuarta plaza, un CD Tenerife en plena ebullición vigila la azotea de la categoría. Los de Luis Miguel Ramis suman 8 puntos y vienen mostrando un carácter competitivo sin precedentes cercanos en la isla, además de contar con una plantilla de lo más equilibrada. Michel Herrero, el ex blanquillo Álex Muñoz, Elady, Enric Gallego, Álex Corredera, Sam Sashoua… Ojo con el volcán.
Otro equipo que está centrando las miradas en este arranque es el Mirandés. Acostumbrado a estar descendido en agosto por las quinielas, el club rojillo ha vuelto a la competición con una puesta en escena ilusionante. Revolución total mediante, han vuelto a firmar talento joven y diferencial para seguir consolidándose en Segunda: Camello, Hassan, Íñigo Vicente, García de Albéniz o Riquelme se postulan como revelaciones de la temporada. Excelente trabajo de Chema Aragón en la dirección deportiva.
Cerrando la promoción se encuentra el Real Valladolid del «orador» Pacheta con 7 puntos. Capaz de vencer con 10 al Lugo (0-2), fue barrido la pasada jornada por el Burgos en el derbi castellano (3-0). Siendo para muchos la mejor plantilla de Segunda, deberán asumir su condición y elevar su capacidad competitiva para no acabar engullidos por la categoría. Algo similar sucede con el Huesca, que tras dos victorias iniciales acompañadas de inmejorables sensaciones, encadena dos derrotas ante Las Palmas y Real Oviedo.
Precisamente el equipo grancanario (5 puntos) es otro de los candidatos a todo sobre el papel, con la vuelta de Jonathan Viera como guinda para el proyecto. El Cartagena de los fichajes (6 puntos) enlaza dos victorias consecutivas entregadas por la diosa fortuna, mientras que 3 recién ascendidos como Ibiza (6 puntos e invicto), Real Sociedad B (5 puntos) y Burgos (4 puntos) se han presentado en Segunda como huesos duros de roer.
Eibar (4 puntos), Girona (4 puntos) o Leganés (2 puntos) también partían como «favoritos», pero su inicio está lejos de cumplir las expectativas. Los pepineros comparten zona de descenso con Amorebieta (4 puntos), Lugo (3 puntos) y Alcorcón (0 puntos), equipos destinados a estar en el furgón de cola a final de temporada.
En definitiva, la diferencia de 3 puntos entre el 6º clasificado y el 19º, así como lo exhibido por los 22 equipos hasta la fecha, anticipan una Segunda División sin grandes diferencias. Una competición larga, dura y radicalmente cambiante cada fin de semana. Una categoría en la cual cada partido es un mundo y el éxito recae en los detalles. Veremos a ver si el «super competitivo» Real Zaragoza de JIM es capaz de aguantarle el pulso.