“Hoy es un día duro, tenemos fresco el partido de ayer y siempre el día después se hace difícil”, así definía Mikel Rico el estado anímico del vestuario tras el encuentro de ayer frente al Celta. “Fue un partido loco, de muchas ocasiones, sin mucho control por parte de ningún equipo, podría haber pasado cualquier cosa”, y añadía, “cometimos errores en cosas que no podemos fallar, les dejamos correr y una jugada a balón parado también nos hizo daño”.
No obstante, asegura que este equipo nunca se ha rendido y no va a hacerlo ahora. “Ahora tenemos que desconectar un día y volver el miércoles a tope para preparar el próximo partido”. Un partido ante uno de los grandes de la categoría, el FC Barcelona. Aun así, Mikel cree que no hay que dar nada por sentado. “Se le puede meter mano, sabemos que es un partido muy complicado ante un gran rival. Ellos se juegan LaLiga pero nosotros el mantenernos en la categoría. Siempre se dice que estos partidos no son de nuestra liga pero se puede sumar y a eso iremos”.
Fiel a la filosofía del club, el vasco asegura que el equipo no va a reblar. “Tenemos que ganar nosotros y no mirar qué hacen los demás, sabemos que para tener opciones tienes que pasar de 36 o 38 puntos y ese es el objetivo que nos marcamos”.
“Claro que se puede, quedan doce partidos y ya hemos visto que en dos o tres partidos cambia todo, para bien o para mal. Queda mucha liga y muchos partidos directos. Este equipo no rebla y lo demuestra cada día”, concluía.