Superioridad sin premio… de momento

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El hecho de que empatar fuera de casa en inferioridad numérica deje un sabor agridulce no hace más que ratificar que el Real Zaragoza se encuentra en una clara línea ascendente. Con más merecimientos que puntos, el conjunto de JIM ha sido superior -con tramos de sometimiento- a sus últimos 4 rivales ligueros.

Con el arranque de la nueva temporada, JIM anunciaba un giro de timón en la propuesta futbolística, imaginando una versión más ofensiva del equipo con y sin balón. En ese sentido, los pasos que se han ido dando han sido aparentemente acertados: el Real Zaragoza ha sido el protagonista con la pelota en todos sus encuentros (58% de posesión media), cruzando la línea de 3/4 en casi un 60% de sus ataques y promediando 13 remates por partido (2 el curso pasado a estas alturas).

Los primeros 20 minutos firmados por el equipo en el Fernando Torres fueron propios de un asedio de superior categoría: el punto más álgido de fútbol blanquillo en mucho tiempo. Guiados por un inspirado Eguaras, con Nano y Narváez aprovechando los espacios generados por Giménez o los laterales entrando como cuchillos por fuera, el Real Zaragoza fue un huracán ofensivo sobre la meta de Altube.

«Ha sido un milagro no habernos ido perdiendo al descanso», reconocía Oltra en rueda de prensa. Minutos de nervios tras el gol del Fuenla aparte, lo cierto es que si alguien pudo llevarse el partido, ese fue el Real Zaragoza. Tanto con 11 como con 10 -derrochando sacrificio y personalidad– anduvo dos escalones por encima de su rival en todos los aspectos, menos en uno: la eficacia.

Ante un equipo que hace tantas cosas bien, es difícil lanzar un mensaje que difiera del optimismo. Tan solo la falta de mordiente ha alejado a los de JIM de llevar -como mínimo- el doble de su puntuación actual (5). Abro paréntesis: el Zaragoza de Natxo González llevaba 4 puntos tras la culminación de la 5ª jornada. Acabó tercero y el inicio de esta película guarda varias similitudes con aquella.

El sábado tocará volver al Municipal para recibir a un lobo con piel de cordero: la Real Sociedad B. Tocará volver con el convencimiento general de que el equipo «super competitivo» que anticipaba JIM está cada vez más cerca de hacerse realidad.