La aviación está detrás del 13% de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero (GEI) asociadas al transporte, con más de 900 millones de toneladas de CO2 anuales. Las previsiones indican que el número de vuelos aumentará un 42% hasta el año 2040, lo que llevará aparejado un incremento del 21% en las emisiones contaminantes ligadas a este tipo de desplazamientos, imprescindibles en un mundo cada vez más global.
El vicepresidente y consejero de Industria, Competitividad y Desarrollo Empresarial, Arturo Aliaga, ha destacado “el indiscutible posicionamiento de la Fundación Hidrógeno Aragón que se demuestra una vez más en la participación en este reto europeo. Se trata de un ambicioso proyecto para conseguir, a través del hidrógeno, que el transporte aéreo sea más limpio, más sostenible y más respetuoso con el medio ambiente. Sin duda, hablamos de un sector estratégico de futuro, tanto para la economía, como para los ciudadanos y para las empresas, en el que se imprime el sello aragonés, porque no hay que olvidar que Aragón lleva más de 15 años trabajando en proyectos de hidrógeno con la vista puesta en la descarbonización energética”.
Además de ser un proyecto estratégico para las empresas de la Unión Europea, es un sector dependiente de combustibles de alta densidad energética, de ahí que resulte esencial la investigación para dar con otros que los sustituyan y que sean más limpios, en línea con la voluntad que los integrantes del Grupo de Acción del Transporte Aéreo (GAT, una coalición internacional independiente que engloba a los principales agentes del sector) han manifestado para reducir las emisiones de GEI al menos un 50% para 2050, horizonte en el que la Unión Europea se ha marcado también el objetivo de alcanzar la neutralidad en carbono.
Es justo aquí donde incide el proyecto 4AirCrafts, que reúne a 7 organizaciones europeas -entre las que está la Fundación Hidrógeno Aragón-, una japonesa y otra brasileña que van a colaborar para desarrollar combustibles de aviación alternativos de última generación. Lo harán mediante una tecnología disruptiva que contempla el desarrollo de catalizadores de próxima generación y su interacción sinérgica para la conversión directa de CO2 en combustibles líquidos destinados a la aviación que además sean sostenibles y competitivos desde el punto de vista económico. Una revolución tecnológica sin precedentes basada en una solución de economía circular con las energías renovables como protagonistas.
Participan en el proyecto junto a la Fundación Hidrógeno Aragón, que contará con un presupuesto de 485.000 euros y probará en sus instalaciones los desarrollos junto con el resto de socios, la Universidad de Hokkaido (Japón), la Universidad de Helsinki (Finlandia), la Universidad de Bielefeld (Alemania), la Universidad de Turín (Italia), la Universidad de Amberes (Bélgica), la Universidad de Sao Paulo (Brasil) y los españoles Agencia Estatal Consejo Superior de Investigaciones Científicas CSIC (INMA, Instituto de Nanociencia y Materiales de Aragón e ICV, Instituto de Cerámica y Vidrio) y Centro Vasco de Materiales, Aplicaciones y Nanoestructuras (BC Materials). También participa la Fundación Agencia Aragonesa para la Investigación y el Desarrollo (ARAID).