Zaragoza ha adelantado la puesta en marcha de los tratamientos preventivos contra la procesionaria, un insecto que está cubierto de pelos urticantes capaces de provocar irritación, lo que supone un riesgo tanto para personas como animales.
Las suaves temperaturas o la escasa lluvia de este último invierno son dos factores clave que han hecho que ahora la procesionaria encuentre mejores condiciones para reproducirse más y durante más tiempo, incrementando su presencia más allá de su época habitual.
Esta situación ha llevado al Servicio de Parques, a adelantar la retirada de bolsones, como se conocen los nidos de esta oruga.
La Estrategia de Sanidad Vegetal municipal incluye además la instalación de trampas o el tratamiento fitosanitario en los ejemplares ubicados en zonas más sensibles en los que se trabaja desde otoño.
Se trata de instalar unos anillos para la captura de la oruga en árboles y evitar que la procesionaria descienda por el tronco y llegue al suelo.
Estas medidas se suman a las que se han venido desarrollando durante el pasado otoño, con tratamientos puntuales de endoterapia en algunas zonas especialmente sensibles, como patios escolares, parques con alta presencia de zonas infantiles o densidad de mascotas.