El Real Zaragoza inauguró su etapa interina con David Navarro en el banquillo con un triunfo por la mínima ante el Racing de Ferrol (1-0), un resultado que inyecta entusiasmo en una afición muy necesitada de alegrías. La salida de Víctor Fernández había desatado una oleada de inquietud en la semana previa, y la Romareda era un hervidero de preguntas sobre si el equipo, tras un periodo convulso, podría sobreponerse para brindar una buena actuación.
El partido comenzó con un Zaragoza que intentó recuperar la intensidad de presiones altas y transiciones rápidas, con Iván Azón muy activo desde el primer minuto y Ager Aketxe probando el disparo lejano. El Racing de Ferrol, bien plantado atrás, aprovechaba los espacios que dejaban los locales para salir con peligro, sobre todo por la banda de Bebé. En los primeros compases se sucedieron algunas faltas y acciones que llevaron a amonestaciones tempranas, como la de Iván Azón en el minuto 8 por juego peligroso. Hubo también momentos de zozobra en ambas zagas, con un Real Zaragoza que se atascaba en el último pase y un Racing de Ferrol que no lograba concretar sus aproximaciones con claridad. Francho Serrano y Marcos Luna ensayaron el tiro desde fuera, mientras que Dani Tasende merodeaba constantemente el área rival.
La primera parte avanzó con un par de lesiones preocupantes: Moi Delgado, en el cuadro visitante, fue sustituido por Rober Correa, y Francho Serrano debió abandonar el campo antes del descanso para dar entrada a Iván Calero, lo que cambió ligeramente el dibujo zaragocista. Pese a los contratiempos, el marcador se fue al descanso con el cero a cero inicial, entre la impaciencia de la grada, que ansiaba un gol que no terminaba de llegar.
En la segunda mitad, el Racing de Ferrol salió con mayor atrevimiento, llegando a encerrar por momentos al Zaragoza en su área. Sin embargo, el equipo de Navarro supo reaccionar cuando se acercaba el minuto 60, dando entrada a Toni Moya y Pau Sans para refrescar el mediocampo y la delantera. Precisamente Pau Sans protagonizó la jugada que abrió el marcador al minuto 63, aprovechando un balón en la banda derecha para asistir con criterio a Ager Aketxe, quien definió con la zurda raso y ajustado al palo izquierdo, desatando la euforia en la Romareda. Con el uno a cero, el Racing de Ferrol buscó la réplica y dispuso de la ocasión más clara del partido en el minuto 74, cuando el colegiado señaló penalti por una supuesta falta de Toni Moya sobre Álvaro Giménez. La ejecución, sin embargo, fue poco afortunada y el guardameta del Zaragoza (o la defensa, en esa maraña de piernas) detuvo el disparo casi a ras de suelo, ahogando el grito de gol visitante. Ese penalti fallado supuso un golpe anímico para los gallegos, que pese a todo siguieron intentando generarle complicaciones a la defensa local con disparos de Chiki o jugadas a balón parado.
Los últimos minutos se convirtieron en un carrusel de interrupciones, faltas y tarjetas, incluida una roja directa a Rober Correa por una entrada sobre Pau Sans en el descuento. El árbitro añadió seis minutos de añadido que se hicieron eternos para un Zaragoza obligado a defender con uñas y dientes la ventaja, mientras el Racing de Ferrol, con diez jugadores, buscaba a la desesperada el gol del empate. Fue una noche de emociones para un equipo que necesitaba encontrar un punto de apoyo tras la turbulenta marcha de Víctor Fernández y la pésima racha de resultados. David Navarro, con solo unos días al frente, planteó un partido serio, otorgando minutos a hombres que necesitaban reivindicarse y acierto a la hora de gestionar los momentos clave. El gol, la portería a cero y la comunión de la grada con el banquillo dejan la sensación de que este paso puede ser un buen comienzo de algo nuevo.
