En 2019, el Acuario de Zaragoza y el Gobierno de Aragón, pusieron en marcha un programa piloto dirigido a establecer un protocolo de cría en cautividad para la rana pirenaica (Rana pyrenaica), dirigido básicamente a conseguir sacar adelante individuos procedentes de puestas del medio natural que, por circunstancias adversas, podría tener graves problemas de viabilidad. Se trataba básicamente de definir un protocolo de salvamento de ejemplares mediante la retirada y posterior desarrollo en condiciones controladas de puestas de la especie que fuese necesario rescatar por presentar riesgo de mortalidad de las larvas, fundamentalmente por falta de caudal en los torrentes donde habían sido depositados los huevos. Los ejemplares adultos obtenidos mediante esta práctica, serían posteriormente retornados al medio natural en sus tramos de orígen o en tramos cercanos.
Ese mismo año, en 2019, ya fue liberada una veintena de ejemplares, pero, tras el parón en los trabajos sufrido en 2020 como consecuencia de la pandemia, en 2021 los trabajos de ajuste del protocolo se han retomado, con alguna mejora en las instalaciones de cría y, sobre todo, con la aplicación de lo aprendido en el primer año de ensayos.
A finales del pasado mes de mayo fueron retiradas del medio natural varias puestas de rana pirenaica ubicadas en torrentes que, por sus características, podrían sufrir problemas de estiaje que acabarían con la vida de las jóvenes ranas antes de finalizar su metamorfosis a la fase adulta. Estas puestas, constituidas ya por pequeños renacuajos en sus primeros estadios tras la eclosión de los huevos, sumaban poco más de 300 ejemplares, que fueron trasladados a las instalaciones del Acuario de Zaragoza, donde se les aplicaron los cuidados y condiciones que ya se había ensayado en 2019. La utilización de dos enfriadoras, y la ubicación de todo el stand de cría para la rana pirenaica en una nueva instalación, aunque provisional, ha permitido un excelente desarrollo de las distintas fases de crecimiento de las ranas, desde renacuajos de poco más de un centímetro de longitud, hasta alcanzar la metamorfosis completa y convertirse en pequeñas ranitas, en concreto algo menos de 250 ejemplares.
Aproximadamente, el 75% de los renacuajos que llegaron al acuario se han convertido en ranas adultas, lo que supone un porcentaje de éxito muy elevado, y sin duda, muy superior al que se habría obtenido en condiciones naturales para estas puestas ubicadas en ubicaciones de riesgo.
De los ejemplares mantenidos hasta ahora en cautividad, se han tomado muestras biológicas para comprobar su estado de salud en relación a enfermedades emergentes que están afectando de manera muy preocupante a las poblaciones de rana pirenaica y de otras especies de anfibios y reptiles. En concreto, el equipo de Jaime Bosch, investigador del CSIC, ha analizado la posible presencia de quitridiomicosis (una enfermedad provocada por el hongo Batrachochytrium dendrobatidis) y de ranavirus, que ya ha provocado brotes en rana pirenaica en el Parque Nacional de Ordesa al menos desde 2017.
Los resultados de los análisis, conocidos hace dos semanas, son negativos a la presencia de ambas patologías; los mismos resultados que para el resto de las especies de anfibios que forman parte de la colección del Acuario de Zaragoza.
Esta buena condición sanitaria de las ranas criadas en las instalaciones del Acuario permite ahora planificar su liberación al medio natural, algo que se hará efectivo en las próximas semanas, siempre en barrancos cercanos a aquellos de donde procedían las puestas y que reúnan condiciones adecuadas de caudal para acoger a los ejemplares adultos. No obstante, una pequeña parte de estos ejemplares (una treintena aproximadamente) permanecerán en las instalaciones del acuario con el objeto de poder ensayar el desarrollo en cautividad del ciclo reproductor completo de la especie, a partir de ejemplares adultos que actúen como parentales. Estos animales ayudarán también en las actividades de difusión y conocimiento sobre la biodiversidad aragonesa que el Acuario de Zaragoza desarrolla entre el público que visita sus instalaciones.
Los datos obtenidos de la puesta en marcha de este protocolo de cría en el Acuario de Zaragoza, servirán de apoyo a las experiencias de cría en cautividad que también pretenden iniciarse en instalaciones del Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido.