El nuevo técnico del conjunto aragonés ha vivido a primera hora de la tarde su puesta de largo como entrenador de Casademont Zaragoza en la sala de prensa del pabellón Príncipe Felipe. El catalán ha hecho énfasis en la ilusión con la que hace frente a este nuevo desafío en su carrera, al tiempo que ha repasado los diferentes frentes abiertos, desde la posibilidad de competir en Europa a la confección de la plantilla.
Acompañado por el presidente del club, Reynaldo Benito, y el director deportivo, Pep Cargol, el de Tàrrega ha aprovechado sus primeras palabras para agradecer la confianza y exponer algunos de los motivos que le han llevado a firmar los dos próximos cursos por Casademont Zaragoza: «Vengo con muchísimas ganas e ilusión de arrancar este nuevo proyecto que me atrajo, desde la humildad, por su ambición», destaca. «Estoy en un club que va más allá del primer equipo», señala haciendo referencia a la creciente estructura de la entidad con la sección femenina y la consolidación de las categorías base. «Soy consciente de que el proyecto no se acaba con los doce jugadores sino que representa mucho más y queremos que la ‘marea roja’ se sienta orgullosa de nosotros», añade.
A partir de ahí y en lo que se refiere al equipo, Ponsarnau ha dejado claro que se encuentra trabajando ya en la confección de la plantilla junto con Pep Cargol y que hablará con muchos de los jugadores: «Estamos abiertos a que haya bastantes cambios», descubre. «No se trata de sumar calidad sino también de aportar cualidades humanas que nos permitan ser un buen equipo». Con esa idea clara en cuanto a la configuración del equipo, el técnico rojillo también se ha mostrado permeable sobre el estilo, tal y como ha demostrado a lo largo de su trayectoria: «Seremos buenos en lo que los jugadores sean buenos», subraya. «A partir de ahí, trataremos de ayudar para que sean buenos en más cosas», con el objetivo de adaptarse lo mejor posible a un baloncesto dinámico y con buen nivel a ambos extremos de la cancha: «Es atractivo, lo que exige el baloncesto moderno y, además, colectivo», remata.
Sin embargo, la realidad del club hace que las exigencias tengan que adaptarse al mercado: «Construiremos a partir de las posibilidades que nos dé pero, a la hora de construir tanto el ataque como la defensa, hay dos posiciones muy importantes que son la de base y la del pívot», subraya sobre la que puede ser una de las claves: «Queremos tener continuidad, pero también mejora». Una decisión que entronca con la posibilidad de volver a competir en la Basketball Champions League la próxima temporada: «El club me explicó claramente cuál era la situación y es que hay la expectativa y la ilusión de poder jugar la BCL». Circunstancia que marca aún más si cabe la planificación de fechas de este verano, con la disputa también de los Juegos Olímpicos.
Sea como fuere, haya o no doble competición y sean cuales sean las circunstancias, hay algo que no se negocia para el ilerdense: «Tenemos que tener una mentalidad de ambición y de aprovechar al máximo los recursos para ganar el máximo número de partidos». Un mensaje que quiere también trasladar a la afición: «Estoy con una ilusión enorme e intentaré transmitirla al equipo para que la ‘marea roja’ se sienta orgullosa de nosotros», teniendo en cuenta la importancia que supone también el poder contar con el máximo apoyo de la hinchada maña. «Si ellos nos pueden dar ese empujón necesario para que Casademont Zaragoza sea un equipo que aspire al máximo de cosas, mejor», apostilla antes de rematar recalcando ese sentimiento de unidad tan presente en la última campaña de abonados del club. «Todos juntos, creo que podemos conseguir cosas bonitas».