En un emotivo despliegue de pasión y lealtad, miles de aficionados del Real Zaragoza utilizaron el puente de la Inmaculada como la oportunidad perfecta para viajar hasta Barcelona y brindar un apoyo inquebrantable a su equipo, a pesar de los malos resultados que el Real Zaragoza está cosechando esta temporada. La atmósfera vibrante se hizo sentir desde las horas previas al pitido inicial, donde los cánticos de aliento resonaron en la ciudad catalana, creando un ambiente que más parecía las bulliciosas cercanías de La Romareda que el feudo del Barcelona. La marea zaragocista invadió la ciudad condal, dejando claro que para los seguidores del Real Zaragoza no hay distancia que pueda frenar su apoyo a los colores de su equipo. Debería tomar notar la propiedad y los directivos del club que con sus decisiones parecen haber condenado al equipo a permanecer un año más en la segunda división. Una división de la que el Real Zaragoza, desgraciadamente, ya es el decano.
Ya en el campo, los cánticos y el apoyo se hizo notar desde los inicios del partido.