El Real Zaragoza domina el juego… y los números. El equipo aragonés vive con solvencia por encima del listón de la media de los equipos de la Liga SmartBank, según las estadísticas que maneja la Liga. Lo que contribuye a apuntalar a la formación de Víctor Fernández en el podio de la categoría, a un palmo del líder, el Cádiz (56 y 55 puntos).
Su ascendencia está clara en cuanto a los goles: los 45 a favor solo los supera el Almería, con 51; y es el líder, el Cádiz, el único que tiene mejor bagaje –un tanto menos- que los 30 en contra de la formación de Víctor Fernández. En el terreno individual, Luis Suárez es el segundo máximo goleador, con 17 dianas, por detrás de las 23 de Stuani.
El conjunto de Víctor Fernández remata muy por encima de la media de los equipos de la competición (316 frente a 272) y su efectividad le lleva a completar 142 disparos a puerta, solo superado por la SD Huesca, 146 disparos, pero muy lejos de la capacidad goleadora de los blanquillos (45 goles frente a los 39 de los azulgranas).
Se trata, sin duda, del criterio diferencial entre quienes aspiran a consolidarse en la aristocracia de la categoría. Pero resulta llamativo contemplar también las estadísticas que brindan otras facetas del juego.
Porque no es ya que Íñigo Eguaras domine con notable diferencia la faceta de pasador –es el líder en pases y aciertos- sino que Guti se encuentra en el top 10 –es el noveno mejor pasador- y el propio equipo se encuentra casi dos mil pases por encima de la media (13.624 frente a 11.652).
Los números, como es natural, son también llamativos en cuanto a asistencias (30 frente a los 22 de la media liguera), con Soro y Eguaras también entre la élite de los asistentes (5 cada uno de ellos).
Las estadísticas juegan también a favor en cuanto al menor número de faltas cometidas y en lo referente a tarjetas y solo se desnivela un poco la cifra de faltas recibidas (414 frente a las 457 que conforman la media total).
El dominio de los números contribuye a dar realce y a justificar la trayectoria del equipo. Porque el buen juego, sin duda, se asienta sobre la autoridad en las estadísticas. Y viceversa.