La red de refugios que gestiona la Federación Aragonesa de Montañismo ha sido otro de tantos sectores afectados por la pandemia de la covid-19, sin embargo, desde el principio, se han adaptado a las circunstancias sanitarias, no solo para seguir funcionando para mantener el servicio de la actividad deportiva a montañeros y montañeras, sino también para garantizar la seguridad de guardas y usuarios frente al coronavirus.
El vocal de Refugios de la FAM, Sergio Rivas, destaca que desde el primer momento, con la reapertura del pasado verano, se trabajó en un plan de contingencia que sigue vigente y que, con la colaboración de todos, ha buscado que los refugios sigan permitiendo disfrutar de las montañas de Aragón con seguridad y protección, aunque los usuarios deben tener en cuenta las reducciones en las plazas disponibles y las normas para su uso.
En principio, este fin de semana toda la red permanece abierta salvo los refugios de Rabadá y Navarro, Góriz, Pineta y Estós. Otros, como las Escuelas Refugio de Alquézar y Benasque, están operativas con restricciones. Esto puede variar de día a día y en función de la demanda —y de los cambios normativos— por lo que, para averiguar si una instalación está abierta al público, si cuenta con plazas suficientes y qué servicios ofrece en las fechas en las que nos interesa, hay que ponerse previamente en contacto directo con los guardas. En la web alberguesyrefugios.com se puede encontrar información útil y de contacto sobre de cada uno de estos establecimientos montañeros. De momento, se ha fijado la media pensión como servicio mínimo en los refugios sin acceso en coche, y el alojamiento y desayuno en aquellos a los que puede accederse con vehículo.
Entre las medidas adoptadas, destaca que los montañeros deben prever que no van a encontrar mantas y almohadas en las habitaciones, ni calzado de descanso; tampoco podrán dejar material durante el día o utilizar las cocinas libres. En la estancia se deben mantener las medidas de distanciamiento y limpieza, como usar mascarilla en las zonas comunes, desinfectar mochilas y botas al llegar y limpiarse las manos con gel hidroalcohólico antes de utilizar el comedor.
Por su parte, los guardas se encargan de los trabajos especiales de limpieza, según las directrices fijadas para la reducción del riesgo de contagio. El sello «Refugio-albergue de confianza» certifica que se han establecido protocolos de seguridad y recibido formación específica en la prevención de la covid-19.
Todo este conjunto de actuaciones ya ha mostrado su efectividad, por lo que desde la FAM se anima a todos los aficionados a utilizar los refugios, con la recomendación de adelantar las reservas de cara al verano, en previsión de que se mantengan las regulaciones de plazas.