El meritorio tercer puesto cosechado por los “HISPANOS” en el ya finalizado mundial de balonmano de Egipto 2021, ha sido celebrado por todos los aficionados a este deporte –y me gustaría pensar también por los que no- como un gran triunfo.
La selección es el equipo de todos. Es cierto que la eliminación en semifinales ante una selección danesa que ha terminado proclamándose campeona del mundo nos dejó algo tocados. Todavía duele al recordar como en el último minuto del partido un lanzamiento con rabia y corazón del bueno de Rubén Marchán nos hizo llevar las manos a la cabeza viendo como la mala fortuna se aliaba con la roja al comprobar estupefactos en nuestras pantallas como la redonda, algunas veces caprichosa, botaba fuera de los tres palos de la portería danesa tras recibir un duro impacto que se estrellaba en la parte baja de su larguero.
Así que sin posibilidades de luchar por el oro al caer nuestra selección eliminada ante Dinamarca, al ejército de los “HISPANOS” y “compañía” capitaneado por el gran Jordi Ribera, le tocó recomponerse lo antes posible para librar su última batalla en este mundial, teniendo como rival a nuestros vecinos galos, Francia. Los nuestros supieron recomponerse tanto física como anímicamente para firmar un partido que fue sobresaliente de principio a fin, siendo destacada en este choque la actuación sobresaliente de Rodrigo Corrales en la portería española y un Alex Dujshebaev sencillamente espectacular.
España terminó venciendo a Francia, siendo legítimo heredero por derecho, del bronce que le esperaba en lo alto del cajón. Si uno se fija detenidamente en esa foto de celebración grupal llena de serpentinas, abrazos, cánticos y sonrisas de unos y otros con medalla al cuello, observa la existencia de esa pequeña “compañía” que va siempre ligada a nuestra selección de manera desapercibida haya por donde vaya, siendo también “ella” , una parte importante dentro de este gran ejército. Hablo del Staff técnico. Hablo de los no mediáticos. Hablo de los también “HISPANOS” que sin ser vistos y en sus diferentes funciones, han trabajado muy duro para tener lo más enchufado posible a los nuestros para librar cada una de las batallas que han tenido por delante. Por eso creo justo y merecido desde aquí mencionarlos, queriendo destacar a uno de ellos, uno de los nuestros.
Juan Caamaño Ballestin. Delegado de la Selección Española absoluta de Balonmano, Director Técnico de la Federación Aragonesa de Balonmano y además un aragonés de pura cepa. El bronce está en casa. Junto a él Cesar Montes (segundo entrenador), Jesús Rivilla (preparador físico), Juan José Muñoz (médico), Daniel Llorente y Emilio Martín (fisioterapeutas), Borja Arnedillo (scouting) y por supuesto el seleccionador Jordi Ribera, formaron un staff técnico de lujo que logró escribir con letras mayúsculas un nuevo capítulo de éxito para nuestro balonmano.
DAVID PASTOR