El consejero de Agricultura, Ganadería y Medio Ambiente, Joaquín Olona, ha asistido a la inauguración del primer curso «Panel de análisis sensorial de mieles», organizado por el nuevo grupo de cooperación del Programa de Desarrollo Rural, “Alfa Miel”, donde se ha referido a la oportunidad para el sector apícola que supone la puesta en marcha de la Ley de Venta Directa.
“La Ley de Venta Directa ayuda a los agricultores y ganaderos a crear valor añadido en sus explotaciones y la miel en un producto que por sus características y modo de producción encaja muy bien en este modelo de negocio”, ha señalado el consejero quien además considera que “la ley no solo sirve para dotar a la comercialización de un marco normativo, si no que contribuirá a la promoción del producto”.
El curso se desarrolla durante los días 5 y 6 de octubre con el propósito de acercar a los asistentes al conocimiento y evaluación de la calidad organoléptica de las mieles en general y sus aplicaciones actuales, así como sobre el proceso de captación, selección y propuestas de entrenamiento de un panel sensorial aplicado al control de calidad de mieles locales aragonesas.
El grupo de cooperación «Alfa Miel» es uno de los 157 grupos creados a través de una línea específica del PDR que ha estado dotada con 15,2 millones en los últimos cinco años y que apuesta por la innovación en el sector agroalimentario.
El objeto general de esta medida es promover la constitución, en la Comunidad Autónoma de Aragón, de grupos de cooperación que puedan dar soluciones a los problemas concretos del medio rural mejorando la competitividad del sector agroalimentario.
En este marco, se ha constituido este grupo de cooperación que está compuesto por ARNA (Agrupación Apícola), AEFA (Asociación Española de Fabricantes de Alfalfa) y el Centro de investigación y tecnología agroalimentaria de Aragón (CITA) y Universidad de Zaragoza.
El objetivo lo componen las actuaciones para la caracterización y puesta en valor de la miel de alfalfa como producto genuino de Aragón, destacando el valor ambiental del cultivo de la alfalfa en la huerta aragonesa como refugio apícola.
El proyecto se desarrollará hasta el año 2022 y la finalidad general del proyecto consiste en aprovechar el cultivo de la alfalfa, para fomentar la producción y el consumo de miel mono varietal de alfalfa de Aragón.
La composición y características sensoriales de color, olor, sabor, aroma y textura de la miel dependen en su mayoría de la flora de la zona geográfica y del clima de la zona donde las abejas producen la miel. Sin olvidar que esta composición y calidad se pueden ver afectadas por las condiciones ambientales, la manipulación, el procesado y el tipo de almacenamiento.
Para caracterizar la miel y evaluarla sensorialmente se utilizan catadores entrenados, siendo la comisión internacional de la Miel (IHC) la que establece las bases reguladoras en los paneles de cata.
Hay dos tipos de mieles claramente diferenciadas en el mercado: mil flores o monoflorales. La miel de alfalfa se está vendiendo como miel milflores en lugar de monofloral, por lo que el apicultor vende su producto a un precio inferior al que le correspondería.
El que Aragón sea una comunidad de baja pluviometría y con alto nivel de evapotranspiración, hace que la alfalfa sea un cultivo básicamente de regadío, ya que de no ser en zonas muy frescas la productividad en secano es baja. Así, un 83% se cultiva en regadío el resto en secano. En el caso del regadío el consumo medio de agua se sitúa en unos 7.000m3/ha. Aragón, con 89.000 hectáreas cultivadas y más de 9.000 agricultores, es el principal productor de alfalfa a nivel nacional.
La coordinación del proyecto bajo una estrategia común y economía de escala permitiría compartir recursos para mejorar las experiencias actuales, combatir las debilidades/amenazas y aprovechar todas las oportunidades del sector apícola de Aragón.
