En una jornada celebrada en el Hotel Royal Hideaway de la estación de Canfranc, Miguel Ángel Anía, director general de Transportes del Gobierno de Aragón, compartió el optimismo sobre la reapertura del histórico paso ferroviario de Canfranc, una reivindicación que se remonta a 1970. Según Anía, este proyecto se encuentra en su fase final y se espera que esté completado antes de que finalice la década.
El director general destacó que se están realizando obras en toda la longitud de la línea, reformando la plataforma ferroviaria en los 200 kilómetros del lado español. Se están colocando traviesas polivalentes que permitirán el tráfico por ancho ibérico en una primera fase y, cuando el túnel esté abierto, se podrá realizar en ancho internacional.
La línea se está adaptando para habilitar ejes de 2.5 toneladas con gálibo B de cara a la futura autopista ferroviaria y se prevé la electrificación en la tensión internacional de 25 kilovoltios en corriente alterna en una segunda fase. Esto permitirá que los trenes sean interoperables entre las líneas de alta velocidad y ancho europeo a ambos lados de los Pirineos.
La visión de los Pirineos como una región unida a nivel económico y turístico es un objetivo clave en este proyecto, según Anía. La reapertura de Canfranc representa una oportunidad para fortalecer los lazos entre las regiones a ambos lados de las montañas, revitalizando los valles del Aspe y del Aragón.
Miguel Ángel Anía también destacó la importancia de la Travesía Central Pirenaica (TCP) como complemento al proyecto de Canfranc. Señaló que la línea de Canfranc tiene limitaciones debido a su alta montaña y pendientes pronunciadas, lo que dificulta el transporte de mercancías de gran capacidad a velocidades competitivas. La capacidad máxima de la línea de Canfranc es de aproximadamente 750,000 toneladas de tráfico de mercancías al año, mientras que la demanda se sitúa entre 1.5 y 2 millones de toneladas anuales. Según las previsiones de la Unión Europea, en 2050 se espera que el 50% de las mercancías terrestres se trasladen por ferrocarril, lo que aumentará las necesidades por encima de los 50 millones de toneladas anuales.
Renaud Lagrave, vicepresidente responsable de movilidad de Nueva Aquitania, destacó que el aumento en el uso del transporte público descarbonizado en Francia indica que el tren es el camino a seguir. Ambas regiones, Aragón y Nueva Aquitania, comparten el objetivo de impulsar la reapertura de Canfranc, aunque enfrentan desafíos para lograr el apoyo necesario en Francia. Sin embargo, la convicción en el proyecto sigue siendo fuerte tanto en Europa como en España, lo que mantiene viva la esperanza de la reapertura de esta histórica línea ferroviaria.
