Los pequeños en acogida de Aragón reciben el diploma que les acredita como “héroes del confinamiento”

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Los niños que se encuentran en situación de acogida en Aragón han recibido esta semana el diploma del presidente Javier Lambán que agradece su esfuerzo durante el confinamiento. Este documento es un premio para todos los niños aragoneses por su comportamiento ejemplar y por “haber superado su primera cuarentena con buena actitud y una gran sonrisa”, como reza el diploma. Tras el aluvión de solicitudes que se recibieron en la primera semana después de que el presidente lo colgase en su perfil de Twitter, ahora llega el momento para 300 niños que viven en residencias infantiles en Aragón.   “Estos niños son unos campeones y el diploma significa para ellos que, entre todos, con buena actitud, hemos aportado nuestro granito de arena para salvar vidas”, cuenta la directora de las residencias infantiles Salduba y Medina Albaida de Zaragoza, Mª Carmen García Mármol. En estos dos centros del Instituto Aragonés de Servicios Sociales (IASS) se alojan niños de entre 7 y 18 años.   García asegura que han pasado por varias etapas durante el confinamiento y que no ha sido fácil, pero que ya se ve la luz al final del túnel. “Hemos tenido altibajos. Los primeros días fueron complicados; había tensión, enfado, rabia”, explica. Pero poco a poco lo fueron aceptando, “los niños entendieron que no era un castigo que les habíamos impuesto, sino que las órdenes venían de Sanidad y eran para toda la población”, añade.   Entonces, ¿qué podrían hacer para distraerse cuando las clases están suspendidas y los ciudadanos en aislamiento? Inventar, idear, crear y compartir. Así, han realizado tareas escolares, manualidades de todo tipo, han visto series y películas, han pintado, han hecho talleres de maquillaje y, sobre todo, mucha cocina: “Es la actividad estrella por excelencia; han preparado bizcochos, tortitas, galletas…Hemos descubierto en este tiempo muchas actividades nuevas que no se nos habrían ocurrido antes”, señala la directora.   Eso sí, tenían muchas ganas de que por fin se pudiera salir a la calle. Los pequeños han aprovechado para airearse en estos primeros paseos. “Es un alivio el poder dar una vuelta, ver el parque o simplemente ir a comprar unas chuches. Un respiro para ellos, porque ya parece que entramos en una nueva normalidad”, observa. En sus paseos, siempre tienen en cuenta las normas de distanciamiento social y que no deben jugar con otros niños. En el caso de los adolescentes, a veces salen solos, y otras, con los educadores.   Si para algo positivo ha servido esta cuarentena – además de la cantidad de juegos de los que han podido disfrutar juntos  –, es para hacer “más familia”. “Han sido semanas bastante largas y con mucha incertidumbre. Nosotros les hemos explicado día a día la información y la actualidad, que encerrarse era necesario para que todo saliese bien y ellos han hecho un gran esfuerzo. Sin duda, convivir las 24 horas ha mejorado la relación de grupo por ambas partes, niños y educadores, algo que no siempre se ha visto”, esgrime la directora.   Y, a pesar de todo, todavía no hemos acabado. “No bajamos la guardia, seguimos trabajando, y ahí estamos, viviendo este presente que nos toca vivir a todos”, termina.   Ahora, en el proceso de desconfinamiento, todo se ve de otra manera. Los niños han aceptado que su vida va a transcurrir así en el medio plazo y se han acostumbrado. Han aprendido a compartir más momentos y además su presidente les ha agradecido con un colorido diploma lo bien que lo han hecho durante estos dos meses.