Encontrar el equilibrio entre los puntos logrados en casa y a domicilio es también una labor fundamental en la garantía de la buena racha del equipo. Resulta clave, sin duda, ‘atar’ los puntos logrados al calor del hogar, pero esa línea debe ser apuntalada también con la garantía competitiva en los desplazamientos.
El Real Zaragoza ha dado forma a ese equilibrio, garantizando su buen tono en La Romareda con una singular trayectoria a domicilio. La formación de Víctor Fernández, repleta de complicaciones a lo largo de la campaña, ha sumado 28 puntos en su propio estadio. La renta adquiere peso específico teniendo en cuenta muchas de las dificultades por las que ha tenido que atravesar la escuadra blanquilla. Ha sabido, sin embargo, sobreponerse a los obstáculos para mantener su buen tono, apuntalado en la línea de juego y resultados cosechados en casa en lo que va de 2020.
No cabe duda de que el mismo estadio de La Romareda, al calor de una afición admirable, garantiza valores que apuntalan al equipo en su propio domicilio. Pero resulta llamativa su trayectoria fuera de casa.
El Real Zaragoza es el mejor equipo de la categoría a domicilio, en donde ha logrado 27 puntos, casi la mitad de los 55 que lo ubican en el segundo lugar del podio en la categoría. De hecho, de los 16 encuentros disputados fuera de La Romareda, la escuadra blanquilla solo ha acumulado tres derrotas: en Fuenlabrada, en aquel extraño partido aplazado, (2-1), en Gijón, de forma clara (4-0) y ante el Huesca (2-1). Y el equipo de Víctor se ha llevado los tres puntos en siete de sus desplazamientos: Alcorcón, Soria, Vallecas, La Coruña, Las Palmas, Elche y Málaga.
Y no cabe duda de que el peregrinaje de aficionados zaragocistas, que recorren los campos de toda España para arropar a su equipo, resulta clave para ayudar a apuntalar el buen tono del equipo a domicilio.
Ese equilibrio entre los duelos en casa y a domicilio permite esa línea ascendente que ubica al Real Zaragoza en los puestos de ascenso de la clasificación.
