El cansancio pasó factura a un Casademont Zaragoza que a pesar de arrancar el partido de forma positiva, fue perdiendo energía con el paso de los minutos. El ambiente en el Príncipe Felipe fue espectacular para asistir al último partido de Liga Femenina del año en nuestra casa.
El inicio fue trepidante, con un 7-0 de salida espectacular y una ‘marea roja’ que vibraba desde la presentación del equipo. De la energía en la grada se contagiaba el equipo, que imprimía una buena defensa y conseguía mantener la ventaja (13-9). Los buenos minutos de Diallo y el relevo de Hermosa seguían produciendo para el equipo. Casas ponía en ventaja a las valencianas, pero Vega la devolvió desde el triple (23-21).
Salió mejor Valencia en el segundo cuarto y costaba anotar. Era el mejor momento de Valencia Basket en el partido que conseguía estirar la ventaja hasta los 8 puntos. No quería entrar la pelota (a Christelle se le salía un balón que titubeaba con el aro varias veces). Pero todavía quedaba mucho por jugar en el Príncipe Felipe (32-42).
De nuevo la salida del equipo volvió a ser trepidante. Diallo mandaba en la pintura y lo tenía que parar Rubén Burgos. El partido subía en lo físico, y el Príncipe Felipe empujaba a las suyas. Casademont Zaragoza conseguía acercarse en el marcador, aunque Romero devolvía los diez de ventaja a Valencia Basket (41-51).
El intercambio de canastas no favorecía en el arranque del último cuarto, pero entonces apareció la magia de Mariona Ortiz y se ponían a cinco puntos. Pero el parcial cayó del lado valenciano (54-68) en ese momento en el que las locales acusaron el cansancio y el enorme esfuerzo que supone medirse al mejor equipo de Europa en Estambul, donde se dio la cara hasta el final.