Chuaquín Bernal, presidente de CHA-Zaragoza, no comparte las conclusiones del informe de expertos que asesora al Consistorio y «por higiene democrática» reclama a Jorge Azcón que cumpla con la Ley Aragonesa de Memoria Democrática y sustituya los nombres franquistas por otros de «personas que sean motivo de orgullo para la ciudadanía».
El presidente del Ligallo de Redolada de Zaragoza de Chunta Aragonesista, Chuaquín Bernal, no comparte las conclusiones del informe de expertos que asesoran al Ayuntamiento de Zaragoza sobre el cambio de nombre de algunas calles de la ciudad por su relación con el franquismo, que concluye que no procede cambiar ninguno de los once nombres que se habían planteado, y ha reclamado a Jorge Azcón que cumpla con la Ley Aragonesa de Memoria Democrática.
«Es evidente que nombres como Mariano Horno, Miguel Merino, Juan José Rivas, Rigoberto Domenech, Gonzalo Calamita o Agustina Simón están estrechamente vinculados con el franquismo», explica Bernal, quien considera «de higiene democrática» sustituirlos por el de «personas que sean motivo de orgullo para la ciudadanía».
Bernal ha reclamado a PP, Cs y Vox que «tomen ejemplo de otras derechas modernas europeas», dejando atrás cualquier nostalgia del franquismo, e impulsen, o al menos no entorpezcan, una necesaria renovación del callejero zaragozano «que permita cerrar las heridas del pasado bajo los principios de verdad, justicia y reparación», una reclamación defendida también por la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica en Aragón (Armha).
En este sentido, Chuaquín Bernal ha recordado que, además de estas once calles, siguen presentes en nuestras vías públicas los nombres de alcaldes franquistas como Gómez Laguna o Cesáreo Alierta, Escrivá de Balaguer, fundador del Opus Dei, además de símbolos franquistas en el cementerio de Torrero, el monumento de la Plaza Santa Cruz, o la simbología en las placas de algunas calles de Ciudad Jardín.