El Real Zaragoza se enfrentaba al Villarreal B en La Cerámica en la jornada 28 de la Liga Hypermotion. Ante más de 2.000 almas zaragocistas, Julio Velázquez planteaba un once con diversas novedades y con cambio de sistema. El técnico apostaba por cuatro defensas con Lecoeuche en el lateral izquierdo, Francés y Lluís López como centrales y, en la derecha, Zedadka. Por delante, doble pivote con Marc Aguado y Francho Serrano junto a Germán Valera y Mollejo en las bandas y, arriba, Maikel Mesa e Iván Azón. En los primeros minutos, dada la propuesta del conjunto blanquillo, y también del Villarreal B, se daba un choque de ida y vuelta en los primeros 10 minutos con bastante presencia en ambas áreas.
Ya en el 12’, ambos equipos habían dispuesto de varios acercamientos peligrosos. En las botas de Álex Forés junto a Collado e Iván Azón, por parte del Real Zaragoza, ninguno de los delanteros conseguía concretar las jugadas a pesar de la ventaja con la que habían. Ontiveros era quien tenía más peligro en tres cuartos de campo en el filial groguet, mientras que el Real Zaragoza encontraba en su banda derecha con Zedadka y Valera el único hueco del rival.
El Real Zaragoza contaba con la posesión, en momentos llegaba al 65%, pero sin demasiado peligro en área rival. Los pases entre centrales y también con Marc Aguado entre ambos era la jugada habitual de un conjunto blanquillo que había ido de más a menos en la primera parte.
La más clara para los de Velázquez llegaría en el 36’. Lecoeuche centraba de volea tras un rechace en el saque de banda que era rematado por Iván Azón. No obstante, el esférico se marchaba por encima del larguero del Villarreal B en lo que era casi la primera acción de peligro para los visitantes. Frente a ello, Carlo lo intentaba tras desbordar a Lluís López pero su disparo salía mordido y lo atrapaba sin problemas Edgar Badia.
Eso sí, todavía quedaría tiempo para que el Real Zaragoza sumase una nueva oportunidad, el primer tiro a puerta. Maikel Mesa aprovechaba un robo de Mollejo para realizar un potente disparo a puerta que rechazaba Iker Álvarez a córner. Con esta ocasión finalizaría la primera parte en La Cerámica, con el 0-0 antes del paso por vestuarios que obligaba al Real Zaragoza a buscar el primer tanto, y la victoria, en los segundos 45 minutos.
La segunda mitad comenzaba sin cambios en ambos conjuntos. Además, con aviso para el Real Zaragoza hasta en tres ocasiones. Un centro lateral del Villarreal B no era rematado por nadie a pesar de dejarla pasar Lluís López e, instantes después, otro jugador rival desaprovechaba un disparo en el punto de penalti que era despejado por Zedadka. Eso sí, todavía quedaría una más, con un remate casi a bocajarro del Villarreal B que despejaba Edgar Badia. El Real Zaragoza salía frío y lo pagaba salvando dos goles casi cantados.
Como respuesta, Azón tenía un disparo desde la frontal que se marchaba a córner y Lluís López disponía de un remate dentro del área que se marchaba desviado. Además, Velázquez realizaba los dos primeros cambios en el 54’. Francho Serrano y Lecoeuche eran los sustituidos y entraban en su lugar Toni Moya y Santiago Mouriño. De esta forma, Francés pasaba a ocupar el lateral izquierdo. Minutos después, Iván Azón también era elegido para el cambio y saltaba al terreno de juego Manu Vallejo.
La primera del Real Zaragoza sería a balón parado, con un remate de Mouriño tras un córner botado por Toni Moya que se marchaba desviado. Una ocasión que era contestada por el Villarreal B, con un centro lateral que cortaba de forma provindencial Marc Aguado. En el 71’, Alejandro Francés veía la tarjeta amarilla.
Llegados al 80’, el Villarreal B disparaba de nuevo a puerta con un tiro que no ponía en complicaciones a Edgar Badia, que blocaba el balón de forma sencilla. Instantes después, Jaume Grau y Sergi Enrich completaban los cambios por Germán Valera y Sergi Enrich.
Sin embargo, las sustituciones no surtieron efecto y el Real Zaragoza empataba a 0 ante el equipo más goleado de la categoría con 41 tantos en contra. Un empate que no sirve al conjunto blanquillo tras dos derrotas consecutivas con el que se como el objetivo y la posibilidad de luchar por el ascenso se alejan tras ver a un equipo sin apenas ideas a nivel ofensivo para desnivelar la balanza.
