Hay circunstancias que contribuyen a cambiar la historia. El 4 de marzo de 1991, tras un empate en casa ante el Espanyol (1-1), Ildo Maneiro, hasta entonces técnico del Real Zaragoza, presenta su dimisión. El entonces presidente José Ángel Zalba echa mano del entrenador del segundo equipo, Víctor Fernández.
Ese gesto de 29 años atrás ha ayudado a conformar una parte de la historia de grandeza del Real Zaragoza. Porque no se puede entender la trayectoria deportiva de la escuadra blanquilla de más del último cuarto de siglo sin la mano genial que ha mecido su cuna en sus diversas etapas.
Un día como hoy, hace casi una treintena de años (17 de marzo de 1991), Víctor Fernández se sentaba por primera vez en el banquillo del estadio de La Romareda. Había debutado como entrenador del primer equipo una semana antes, en el Luis Casanova, con derrota ante el Valencia (2-0). Y en ese debut en casa, el Real Zaragoza lograba un triunfo asentado sobre los goles de Mateut y Pardeza (2-0).
Se iniciaba desde entonces ese idilio maravilloso de Víctor Fernández con su gente, con su afición; con esa Romareda a la que el técnico siempre vuelve como su hogar y que le brinda su inmenso cariño.
El técnico fue protagonista hace 25 años de la página más brillante de la Historia del Club. Bajo su dirección, el Real Zaragoza se hizo rey de Europa al conquistar la Recopa continental. Y aquel título, aún más valorado con el paso del tiempo, sigue llenando de orgullo a la parroquia blanquilla.
Sus sucesivas estancias en el banquillo zaragocista están selladas por la admiración y el reconocimiento. Bajo su batuta, el actual Real Zaragoza se salvó el año pasado de una delicadísima situación y hoy porfía por méritos propios en ganarse un pasaporte hacia su lugar natural, la Primera División.
Hoy se cumplen 29 años de su primera estancia en el banquillo de La Romareda. ¡Felicidades… y muchas gracias, Víctor!
