La consejera de Ciudadanía y Derechos Sociales del Gobierno de Aragón, María Victoria Broto, ha firmado esta misma mañana la desintervención de los dos centros que seguían bajo la gestión del Departamento debido a la difícil situación vivida durante la pandemia. Se trata, ha especificado la consejera, de los de Illueca y Mallén. Esta firma supone que los centros vuelven a pasar a manos de sus antiguos gestores y que, en estos momentos, no queda ningún centro intervenido por el Gobierno de Aragón. Todos ellos han tenido que entregar un detallado plan de contingencia especificando medidas de sectorización, aislamientos y procedimientos en previsión de lo que pueda ocurrir.
Las residencias que desde el mes de marzo han requerido esta acción por parte del Departamento de Ciudadanía y Derechos Sociales han sido ocho: a las de Mallén y Illueca, se suman Vera, Épila, el Asilo de San José, La Merced, Los Olivos y el Portillo. Las intervenciones vinieron provocadas por varios motivos, como un número elevado de contagios o bajas entre el personal directivo. Todas ellas han tenido siempre como objetivo –tal como se ha recordado durante toda la crisis sanitaria- ayudar a encauzar la situación del centro y dar la mejor atención a los residentes. Una vez este objetivo se ha cumplido y la residencia ha superado los 28 días sin caso, finaliza esta acción y el centro vuelve a manos de sus responsables, con quienes se ha trabajado de forma coordinada durante la pandemia.
El final de las intervenciones de las residencias supone un paso más en la vuelta a la normalidad en los centros residenciales de Aragón, una vez superada la fase más dura de la pandemia y se produce una semana después de que cerrara sus puertas el último centro covid que permanecía abierto, el de Casetas. No obstante, en estos momentos, y en previsión de lo que pueda pasar, se mantendrá activado uno de estos centros intermedios por provincia: el de Casetas, con 46 camas y 26 profesionales; el de Yéqueda, en la provincia de Huesca, al cien por cien, es decir, con sus 47 camas y diez profesionales, y el de Gea de Albarracín, también con todas sus camas, 50, y diez profesionales.