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La nueva Facultad de Filosofía y Letras avanza a buen ritmo

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El Presidente de Aragón, Javier Lambán, ha visitado hoy las obras de la nueva Facultad de Filosofía y Letras que finalizarán para el curso 2022-2023.

Acompañado por la consejera de Ciencia, Universidad y Sociedad del Conocimiento, Maru Díaz; y el rector de la Universidad de Zaragoza, José Antonio Mayoral, ha conocido los trabajos en los que se están invirtiendo 24,3 millones de euros a través del contrato programa entre el Gobierno de Aragón y la institución académica, y que avanzan a buen ritmo con la vista puesta en su inauguración en el curso 2022-2023.

El presidente Lambán ha recordado que la inversión total es de 24,3 millones y que durante el presente ejercicio 2021 se han destinado más de 10 millones y en 2022 están previstos 9,3 millones más, año en el que también se contemplan tres millones más para infraestructuras universitarias: Facultad de Medicina, clínicas de veterinaria y retomar el proyecto del CEQMA en el campus del Actur. En los próximos cuatro años la inversión será de 12 millones anuales.

Ha recordado el aumento histórico en la financiación a la Universidad pública, después de que la transferencia al campus público haya experimentado este último año la mayor subida de la historia, superando los 182 millones. La financiación en el presente año es casi 50 millones más que en 2015 (un incremento del 17%) y la senda será expansiva en el nuevo acuerdo marco de financiación que está a punto de cerrarse. En 2022 la transferencia básica a la Universidad de Zaragoza subirá 7,4 millones, rozando ya los 200 millones, en el primer año de una senda expansiva de mil millones hasta 2026 que llevará a sufragar el 100% de los gastos ordinarios del campus. No en vano, el próximo año se logrará cubrir ya el 96,4% del coste.

Además, estos años se han rebajado las tasas y se han concedido más becas, multiplicando por mil el presupuesto de 2015. Se han puesto en marcha nuevas becas salario, dotadas con 950 euros al mes, para alumnos brillantes de familias humildes; y mejorado las de movilidad, que superan por primera vez el millón de euros, Erasmus+ y másteres estratégicos para hacerlas más sociales y vertebrar mejor el territorio.

En los presupuestos de 2022, se redobla el compromiso con el campus público. Se destinarán además 12,5 millones a infraestructuras universitarias y de investigación, para finalizar la reforma de Filosofía y Letras, empezar a proyectar otras grandes obras, como Medicina o el CEQMA, y llevar a cabo trabajos de rehabilitación dentro del programa Unizar 2030, que prevé la reforma integral de los campus para ganar espacios de socialización y encuentro para el estudiantado, así como zonas verdes, y reducir la huella de carbono.

La apuesta por no dejar a nadie atrás en la educación superior continúa también con una decidida política de becas, que incluye convocatorias de movilidad, Erasmus+, másteres estratégicos y becas salario. En este sentido, las ayudas de movilidad, que compensan los gastos de desplazamiento y manutención de los universitarios y ayudan a vertebrar el territorio, volverán a reforzarse y llegarán a 1,2 millones de euros, su máximo histórico. Como novedad, se recuperan también las becas y ayudas a la actividad universitaria, destinadas a las asociaciones de estudiantes y que se cancelaron en anteriores mandatos, con un montante de 15.000 euros.

En su conjunto, el presupuesto del Departamento de Ciencia, Universidad y Sociedad del Conocimiento para 2022 aumenta un 8,45% y supera por primera vez los 300 millones de euros, en una clara apuesta por la investigación, la innovación tecnológica y el conocimiento.

Proyecto sostenible

Las obras de la nueva Facultad de Filosofía y Letras se inscrien en un proyecto complejo, que comprende tres grandes intervenciones: por un lado, la rehabilitación del edificio de Filosofía y Letras, que data de los años 30 y está catalogado como histórico; por otro, la demolición de Filología y su sustitución por un inmueble de nueva construcción eficiente energética y medioambientalmente y, por último, la urbanización del entorno.

Según han podido comprobar las autoridades en la visita, los trabajos que se están llevando a cabo cumplen criterios de sostenibilidad, accesibilidad, confort, bienestar e innovación. A su vez, se mantienen los principios que inspiraron la creación de la Ciudad Universitaria de Aragón en los años treinta del pasado siglo y la necesidad de devolver su esplendor a antiguos elementos, como el mural de cerámica por donde se entraba al edificio noble.

Los dos edificios interconectados albergarán los estudios de Filosofía y Letras. En esos espacios se desarrollarán 10 titulaciones de grado, 11 másteres y 2 estudios propios, estudiarán 2.500 alumnos de grado y 150 alumnos de máster, impartirán docencia e investigarán más de 260 profesores, 61 becarios y más de 60 personas de administración y servicios.

El proyecto constructivo tiene muy presentes dos aspectos. El primero es representar la esencia universitaria y el segundo, que el propio edificio sirva de banco de pruebas, de laboratorio de investigación en la edificación. Hay que recordar que una de las señas del edificio es la apuesta por el consumo energético casi nulo y por la optimización de recursos naturales.

En este sentido, el proyecto presenta unas instalaciones de aprovechamiento geotérmico para atemperar la entrada del aire para una ventilación eficaz en el actual y nuevo contexto sanitario. En concreto, consiste en hacer pasar un caudal de aire del exterior a través de unos tubos enterrados en los que el aire de entrada intercambia calor con el terreno antes de introducirlo en el edificio.

A partir de dos metros de profundidad la temperatura del terreno empieza a ser muy estable a lo largo del año. Se trata de atemperar el aire de entrada enfriándose en verano y calentándose en invierno de forma natural.

Para conseguir una calificación energética de edificio de energía casi nula (EECN) en el edificio departamental, se ha cuidado la envolvente del edificio gracias al espesor y calidad del aislamiento. Los atrios centrales que dan vida al edificio están coronados por cubiertas con acristalamiento removible en función de las características climatológicas refrescando o calentando el ambiente según las necesidades.

Una doble piel acristalada rodea el edificio permitiendo que la conducción de un flujo de aire en su interior, gobernando digitalmente su regulación mediante el correspondiente algoritmo,
atempere la fachada interior.

En el edificio de Borobio y Beltrán, las carpinterías exteriores y un vidrio de extraordinarias prestaciones proporcionan unos destacados valores de sostenibilidad térmica. La producción de frío y calor se realiza con un sistema muy eficiente, y la instalación de paneles fotovoltaicos permitirán generar 60.000 kWh de energía limpia y ahorros superiores a los 10.000€ anuales en la factura eléctrica.

La intervención en los edificios, además de ser sostenible, busca que los usuarios se sientan confortablemente en ellos. Persigue una buena usabilidad, ser un edificio amable, y para conseguirlo hay un tratamiento especial de ciertos espacios que se destinan a la relación interpersonal y con presencia de vegetación.

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