El Real Zaragoza atraviesa uno de sus momentos más delicados de la temporada tras la dolorosa derrota por 2-4 ante el Eldense en La Romareda. El equipo blanquillo no solo mostró sus carencias defensivas una vez más, sino que dejó escapar una oportunidad crucial para sumar puntos y alejarse del descenso. La afición zaragocista, cada vez más desencantada, pidió la dimisión del técnico Miguel Ángel Ramírez y del director deportivo Juan Carlos Cordero. En la rueda de prensa posterior al encuentro, el entrenador asumió la gravedad de la situación, pero dejó claro que no se plantea dar un paso al costado.
«No podemos perder y no podemos dar esas facilidades. Y no puede ser que en muchos partidos hagamos los goles y que con eso no nos sigan a veces ni para empatar. Ya oído y lo reaccionamos ya o lo vamos a alimentar y tenemos que ser conscientes de que no estamos siendo competentes de competir, ya ni siquiera de competir«, afirmó Ramírez con un semblante serio, reflejo de la situación que atraviesa el equipo.
Ante la pregunta de si entendería un cambio de entrenador y si ha hablado con alguien del club sobre esa posibilidad, el técnico respondió sin rodeos: «Lo que tenemos que hacer es mirarnos todos y ver qué parte de responsabilidad tenemos en esto. Y que cada uno se señale a sí mismo y diga qué puedo hacer yo para cambiar esta situación. Obviamente siempre optamos por señalar al entrenador, pero esto de aquí es de todos. Y empezamos a asumir esa responsabilidad y a cambiar lo que está en la mano de cada uno».
La insistencia en la falta de reacción del equipo llevó a preguntarle si sigue viéndose con fuerzas para continuar al frente del equipo. «Yo insisto en que lo importante es que todos y cada uno de los que estamos aquí tengamos ganas. Podemos hablar del entrenador, pero aquí todos tenemos que tener ganas y todos tenemos que meterle una marcha más absolutamente a todo«, enfatizó.
Ramírez también quiso referirse al estado anímico de la plantilla y a la única receta que, según él, puede sacar al equipo de esta crisis: «Yo no encuentro otra que trabajar mucho, ser conscientes de lo que nos está penalizando y mejorarlo, estar mucho más presente, más conectado en cada acción, dándole la importancia que tiene porque estamos dando muchísimas facilidades. A nosotros creo que estamos haciendo muchas cosas bien y al rival con muy poquito, porque nos están llegando poco, con muy poquito nos están convirtiendo y eso es lo que tenemos que mejorar urgentemente».
Cuestionado sobre si el calendario próximo convierte los siguientes partidos en finales, Ramírez volvió a reiterar su postura: «Yo no creo en finales en medio de temporada. Para mí los finales son otras cosas. Pero sí que somos conscientes de que tenemos que sumar si no queremos sufrir a finales de temporada«.
También fue interrogado por la clasificación y si el equipo tiene margen de reacción. «Pues esperemos que ya, porque no tenemos mucho más margen para ir esperando. Tenemos que sumar ya, tenemos que ganar ya y ser conscientes de que va quedando poco o va quedando menos y tenemos que cambiar la realidad que estamos viviendo«, subrayó.
Uno de los puntos clave que se han repetido en toda la temporada es la debilidad defensiva del equipo. «Sí, la realidad es esa, que con muy poco nos están convirtiendo y es muy difícil. En varios partidos que hemos estado, hemos hecho dos goles y no nos han servido a veces ni para sumar un punto. Obviamente, yo no voy a poner excusas en mercados, en jugadores o en nada de eso, sino a pensar cómo podemos mejorar eso que no estamos haciendo bien. Y ese es mi trabajo y ese es el trabajo de cada uno de los jugadores para ser conscientes de que con eso no nos está dando».
Finalmente, al ser cuestionado sobre si en algún momento ha pensado en dimitir, Ramírez fue tajante: «No, a mí no me preocupa para nada mi vida, me explico. A mí ahora mismo lo que me está ocupando es la situación del club. Sabía que venía algo sumamente retador y entendía que podíamos tener la capacidad de poder mejorarlo, pero yo no me preocupo por mí, en ese sentido estoy tranquilo. Yo lo que quiero es ayudar a este club a ser mejor, a que dé un paso y que estos años se acaben cuanto antes. Esa es la obsesión que tengo«.
La afición zaragocista ha dejado claro que ha perdido la paciencia. La Romareda estalló tras la derrota, y Ramírez entendió el malestar: «Normal, normal su reacción, me refiero. Normal, es lo que le estamos ofreciendo. Han venido, bajo la lluvia, nos han animado desde el primer minuto, han estado hasta el final. Obviamente, su reacción es de mucha tristeza, de mucha frustración. Y nosotros no podemos permitir seguir dando nuestra imagen y dando tristeza«.
El Real Zaragoza sigue hundiéndose y cada vez está más cerca de los puestos de descenso. La continuidad de Ramírez sigue en el aire, pero la sensación es que su margen de maniobra se agota.