Las adversidades climáticas continúan causando estragos en las carreteras de Aragón, generando cortes y dificultades en varios puntos de la región debido a las intensas nevadas. Desde la mañana del pasado domingo, los accesos al balneario de Panticosa, en el Pirineo oscense, y la N-330a en Aisa permanecen cerrados, afectando la movilidad en la zona.
En una nota más positiva, durante la tarde se logró reabrir la A-139 entre Benasque y Cerler, la cual había sido clausurada a lo largo del día por el riesgo de avalanchas. Sin embargo, la provincia turolense experimenta las peores consecuencias del temporal, con notables dificultades en el puerto de Orihuela-Guadalaviar, donde la circulación se ha visto seriamente comprometida.
En total, más de una decena de tramos a lo largo de la Comunidad requieren el uso de cadenas para garantizar la seguridad en la vía. En la provincia oscense, los puntos afectados incluyen la A-138 en Tella, A-139 en Benasque, A-1604 en Sabiñánigo, A-1605 en Beranuy, A-176 en el Valle de Hecho, A-2606 en Panticosa, A-2611 en Bielsa, HU-650 y N-230 en Montanuy, N-260 en Fiscal y Broto, y la A-1511 en Pozondón.
A pesar de la presencia de nieve en Teruel, la Dirección General de Tráfico ha señalado que la mayoría de estos puntos mantienen un nivel verde de circulación, siendo necesario el uso de cadenas únicamente en el puerto de Orihuela-Guadalaviar. La situación meteorológica continúa siendo monitoreada de cerca, y se insta a los conductores a tomar precauciones y seguir las indicaciones de las autoridades para evitar incidentes en las vías afectadas.
