Tres temporadas son ya las que Íñigo Eguaras lleva defendiendo los colores del Real Zaragoza. De un equipo en el que, con el paso de los minutos y de sus actuaciones individuales, se ha ido convertiendo un jugador valorado por la afición y con evidentes galones dentro del vestuario blanquillo. Así lo confirma su renovación con la entidad blanquilla hasta 2024, un contrato que prolonga el hilo de unión entre el ‘16´ y el conjunto aragonés para seguir aumentando así su trascendencia en la estructura del club zaragocista.
El navarro, que casa a la perfección con el estilo de juego futbolístico planteado por Víctor Fernández, superó esta misma campaña la barrera de los 100 encuentros oficiales como futbolista blanquillo (actualmente acumula 101), una cifra que agrandará en los próximos años. En la actual plantilla, solo tres jugadores han disputado más partidos que él: Alberto Zapater (338), Javi Ros (140) y Cristian Álvarez (102). Jorge Pombo (107), cedido en el Cádiz Club de Fútbol, también aparece en esta lista.
Precisamente, los otros dos hombres del centro del campo que han disputado más duelos, Zapater y Ros, son los dos primeros capitanes del Real Zaragoza, mientras que Eguaras, que ya ha portado el brazalete en diferentes ocasiones, también sabe lo que significa el liderar y representar a sus compañeros y a toda la afición zaragocista sobre un terreno de juego. De la mano de Lalo Arantegui, Eguaras llegó después de un año muy duro en el Club Deportivo Mirandés, siendo uno de los mediocampistas con mayor proyección a pesar del descenso del equipo de Anduva. Unas expectativas que se han cumplido en Zaragoza, ganando peso futbolístico sobre el verde e importancia fuera de este.
Y es que, desde su presentación en el estadio de La Romareda un 19 de junio de 2017, son más de 8.000 minutos oficiales vistiendo de blanquillo, cientos de entrenamientos en la Ciudad Deportiva, experiencias positivas y negativas… Tres temporadas de Íñigo Eguaras que se fortifican tras su renovación hasta 2024, fecha en el que el navarro tendría 32 años. El mago de Ansoáin, con sello zaragocista en su chistera, continuará ofreciendo a La Romareda sus variados trucos con la pelota. Una Romareda que ve como la figura del centrocampista sigue afianzándose con el escudo del león cosido en el pecho.
