Inundaron Aragón, no solo las carreteras también entraron al centro de las ciudades, y más de un vecino les recibió con aplausos.
El campo llegó a la ciudad, pero a pesar de las luces y el sonido, no era una fiesta. Agricultores y ganaderos llegaron a protestar, a mostrar su situación crítica, a poner sobre la mesa sus reivindicaciones. No pueden más. Ante las políticas europeas, las exigencias de la agenda 2030, la competencia desleal, una PAC desfasada, el problema generacional y un largo etcétera, el campo grita basta.
El sector primario es el que nos da de comer, y su ruina repercute a toda la sociedad. «Nuestra ruina será vuestra hambruna» rezaban algunas de las pancartas que llevaban los tractores a su paso por la ciudad.
Los sindicatos del sector han dado fechas sobre las movilizaciones en este mes, el pasado día 6, el13 y 22 de febrero. Aunque comentaron apoyar todas las movilizaciones espontáneas.
El domingo ya se vieron afectadas varias carreteras del Pirineo, pero el martes las movilizaciones fueron mayores, más de mil tractores ocuparon carreteras en las tres provincias.
En la de Huesca, unos 80 tractores se desplazaron desde Ayerbe y Grañén hasta Huesca capital para bloquear los accesos, lo que provocó retenciones en la A-132, la A-131 y la N-240.
Además, hubo una concentración en el Centro Comercial Coso Real, desde donde los tractores continuaron hacia el casco urbano con marcha lenta.
También entraron al centro de Zaragoza y bloquearon sus accesos. Por otro lado, centenares de tractores bloquearon los accesos a Mercazaragoza en la carretera de Cogullada, a las afueras de la capital aragonesa, y obligaron a cortar la autovía A-2, en sentido Zaragoza, a su paso por la Almunia de doña Godina y Cetina.
