En el barrio zaragozano del Picarral, la convivencia con la fábrica Tereos ha alcanzado un punto crítico. Los vecinos, liderados por la Asociación de Vecinos Picarral Salvador Allende, exigen la reubicación de esta empresa fuera del casco urbano debido a los graves problemas medioambientales y de calidad de vida que genera.
Ana Lasierra, presidenta de la asociación, explicó en una entrevista para Hablemos de Agua de EBRO FM la situación insostenible que vive el vecindario. “El ruido constante, los malos olores y vertidos accidentales como el de almidón que cubrió el barrio de polvo blanco son una amenaza para nuestra salud y bienestar”, denunció. Lasierra recordó que los residentes despertaron en noviembre rodeados de partículas blancas sin previo aviso por parte de la empresa.
Tereos, antes conocida como Campo Ebro, comenzó siendo una fábrica de menor tamaño, pero su crecimiento ha desbordado las capacidades de la zona, rodeada ahora por viviendas. A pesar de su estatus de «suelo industrial tolerado», la empresa ha continuado ampliándose. La asociación ha denunciado la falta de control por parte de las autoridades y la concesión de permisos que contradicen el modelo urbanístico de Zaragoza.
“En pleno siglo XXI, no es normal que sigamos peleando para sacar una industria de estas dimensiones de un barrio residencial”, subrayó Lasierra. Además, mostró su preocupación por la intención de la empresa de instalar una depuradora industrial en suelo urbano. “Es absurdo que en un momento en el que faltan viviendas en la ciudad se quiera recalificar un suelo residencial para uso industrial”, añadió.
Los vecinos también han solicitado informes medioambientales sobre las emisiones de la fábrica, pero denuncian la falta de transparencia. Lasierra reclamó que sean las administraciones quienes realicen los análisis, no la propia empresa.
La asociación insiste en que no están en contra de la actividad empresarial, sino de su ubicación. “Defendemos los puestos de trabajo, pero creemos que pueden mantenerse si la empresa se traslada a un suelo industrial consolidado”, afirmó Lasierra, señalando la disponibilidad de terrenos en Zaragoza para facilitar este traslado.
Con la administración local como principal responsable, la asociación plantea medidas legales, incluida la posibilidad de un contencioso administrativo para evitar la recalificación del suelo urbano.
Los vecinos del Picarral esperan que el Ayuntamiento escuche sus demandas y negocie la reubicación de Tereos para preservar la calidad de vida en el barrio. “No pedimos nada extraordinario, solo lo que cualquier otro barrio de Zaragoza consideraría justo: un entorno habitable y saludable”, concluyó Lasierra.