El Real Zaragoza ha despedido este martes a uno de sus grandes referentes de la última década: Cristian Álvarez. En una rueda de prensa cargada de emociones, el portero argentino se despidió del fútbol profesional después de ocho años defendiendo la portería blanquilla y habiéndose convertido en un icono del zaragocismo.
Desde el primer momento, el acto estuvo marcado por la emotividad. Fernando López, director general del club, abrió la rueda de prensa destacando el legado que deja Cristian: «No son solo 236 partidos ni ocho años, lo que significa para este club y esta ciudad es mucho más grande de lo que siquiera yo pueda explicar». Además, confirmó que el argentino seguirá ligado al Zaragoza en una nueva etapa.
Al tomar la palabra, Cristian Álvarez no pudo evitar la emoción. «Es demasiado para un pibe de Rosario», dijo con la voz entrecortada. Agradeció a sus compañeros, a la afición y a todos los trabajadores del club que lo han acompañado en su camino. «No me alcanza el corazón para agradecerles», confesó.
Uno de los momentos más emotivos fue cuando el arquero recordó su momento clave en el Zaragoza: el penalti detenido contra el Sporting de Gijón en 2017. «Era un punto de inflexión en mi carrera. Sentí que me quedaba sin fuerzas, pero pedí con el corazón que no me vencieran. Atajé ese penalti y supe que, si lo intentas de verdad, la magia aparece y te levanta».
Cristian también habló de su decisión de retirarse, tomada tras su última lesión. «Quería seguir, luché hasta el final, pero el físico y la mente me dijeron basta». Sin embargo, se mostró en paz con su decisión y agradecido por la oportunidad de haber defendido la camiseta zaragocista.
El portero aseguró que no siente «ninguna espina clavada» por no haber logrado el ansiado ascenso a Primera. «Lo intentamos de todas las maneras. No se dio, pero eso no le quita mérito a nadie».
Su legado no termina aquí. A partir de ahora, Cristian Álvarez será el nuevo responsable de Relaciones Institucionales del club, una función desde la que buscará transmitir los valores del zaragocismo a las nuevas generaciones.
El día 16 de febrero, en La Romareda, el estadio tendrá la oportunidad de darle su último adiós. Sin duda, un momento que quedará en la historia del Real Zaragoza.