La ciudad de Zaragoza cuenta con una buena calidad del aire. Los niveles de todos los contaminantes se sitúan alejados de los valores límite que establece actualmente la legislación pero el objetivo es seguir mejorándolos para proteger la salud. Para ayudar a tomar decisiones que permitan un mejor control de esa contaminación, el servicio de Medio Ambiente y Sostenibilidad está modernizando la Red Municipal de Calidad del Aire y colaborando con el Instituto de Salud Carlos III de Madrid (laboratorio nacional de referencia en la materia) para estudiar el
comportamiento de algunos contaminantes.
Zaragoza es, junto a Madrid, la única ciudad española que cuenta con una Red de
Calidad del Aire propia e independiente de la comunidad autónoma y colabora con el
Carlos III estrechamente en diferentes iniciativas. A través de ocho estaciones y un
centro de control, la red municipal mide constantemente los niveles de óxidos de
nitrógeno (NO2 y NO), monóxido de carbono (CO), dióxido de azufre (SO2), materia
particulada (PM10 y PM2,5) y ozono (O3) Zaragoza mantiene una buena calidad del aire Nuestra ciudad mantiene una buena calidad del aire y los niveles de contaminantes se sitúan lejos de los valores límite que establece actualmente la legislación.
Así se desprende del informe de 2021 y el avance de 2022, que constatan una reducción en el nivel medio de dióxido de nitrógeno, vinculado principalmente al tráfico y la actividad industrial. El pasado año el promedio anual se situó en 20 µ/m3
, con zonas donde la dilución fue más acusada, como Centro, Actur, Renovales o Jaime Ferrán, mientras que en otras se registró mayor concentración, como Las Fuentes o Avenida Ciudad de Soria.
Los datos de la red revelan además un cambio en las franjas horarias en las que se
registran mayores concentraciones de dióxido de nitrógeno. Si durante 2020 se
incrementaron los picos entre las 8 a 10 de la mañana, el pasado año se redujeron
significativamente en ese horario y se concentraron de 20 a 24h. Los mayores niveles se registraron durante los meses de marzo y agosto.
Destaca además la reducción que se produjo en los niveles de las partículas en suspensión más finas (PM2,5) (polvo, cenizas…), que se situaron por debajo de los 10 µ/m3 (9,33µ/m3).
Por su parte la concentración de partículas PM10 aumentó debido, fundamentalmente, a los importantes episodios de vientos africanos que se registraron y que afectaron a buena parte de la península, además de otras situaciones de estabilidad con altas temperaturas y sin viento. Las mayores intrusiones de polvo sahariano se registraron en febrero y marzo.
En cuanto al ozono, en 2021 se registraron mayores concentraciones aunque siempre dentro de los parámetros legales. El ozono no se emite a la atmósfera sino que se forma a partir de otros contaminantes y está directamente relacionado con la radiación solar y la reducción de los valores de dióxido de nitrógeno. Las mayores concentraciones se registraron en junio, julio y agosto, con picos en algunas estaciones en marzo y septiembre.
Precisamente la próxima semana arrancará en Zaragoza una campaña de mediciones
relacionadas con el benzopireno con las que se quiere conocer mejor la influencia
que tiene este precursor en la formación del ozono. Se trata de una encomienda del
Ministerio de Transición Ecológica y Reto Demogŕafico que está realizando el Instituto de Salud Carlos III de Madrid en la que participa el Ayuntamiento. Las conclusiones ayudarán a tomar medidas que permitan controlar mejor sus niveles.