El Ayuntamiento rehabilitará el Monumento a la Exposición Hispano Francesa de 1908

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El Ayuntamiento de Zaragoza sacará a licitación, por más de 130.000 euros, la restauración del ‘Monumento a la Exposición Hispano Francesa de 1908’ que, además, es un homenaje a la figura de Basilio Paraíso. El monumento es de propiedad municipal y presenta una «severa degradación por el paso del tiempo», ha señalado el consejero de Urbanismo e Infraestructuras, Víctor Serrano, quien ha visitado el conjunto escultórico junto a la consejera de Cultura, Educación y Turismo, Sara Fernández, quien ha destacado «el alto valor patrimonial, histórico y cultural» de una obra que, además, «es un homenaje a la paz y a Basilio Paraíso, uno de los grandes e ilustres personajes imprescindibles para enternder la historia de nuestra ciudad».
El estado de deterioro del monumento, en un primer examen, muestran pérdidas de material compositivo, exfoliaciones, microfisuras, disoluciones, fisuras en elementos próximos a desprendimientos, ataque biótico, existencia de grafitis, oxidación de metales, costras negras, acumulación de suciedad en superficie, fractura de planchas de metal, deposiciones de aves o existencia de elementos férricos, entre otros aspectos. Por ello, el objeto principal del presente proyecto es «desarrollar las medidas de adecuación en materia de restauración para el monumento, que en la actualidad se ubica en el parque José Antonio Labordeta, en la avenida de los Bearneses», y marcar «líneas generales de intervención para devolver a éste una presencia acorde a su original, estabilizando los materiales pétreos y metálicos que lo componen», ha resumido Serrano.


El presupuesto base de licitación es de 132.033,22 euros (IVA incluido) y el proyecto de rehabilitación ha estado dirigido por el jefe del Departamento de Arquitectura de Urbanismo, Ricardo Usón, y la restauradora de la Unidad Técnica de Restauración del Servicio de Cultura, Pilar Pérez. La intervención supondrá «la instalación de un andamiaje para trabajar en el conjunto global, de cuyas acciones la más costosa será la referente a los elementos pétreos (44,44% del presupuesto) seguida de la rehabilitación de elementos metálicos de bronce (30% de la inversión)», ha apuntado el consejero de Urbanismo e Infraestructuras.
«Nuestro compromiso es firme con el patrimonio histórico artístico de la ciudad», ha afirmado Serrano, quien ha recordado algunas intervenciones en estos años como «la recuperación del mural de la Puerta del Duque de la Victoria, en la plaza San Miguel; la restauración del monumento al Justiciazgo en la plaza de Aragón; la rehabilitación de las fachadas y las cariátides del Teatro Principal; la conservación del artesonado del Palacio de Montemuzo; o la interlocución ejercida para salvaguardar el muro del antiguo Cuartel de Caballería, en la avenida de Anselmo Clavé». Asimismo, el consejero también ha querido remarcar la «vigilancia y control de acciones privadas» sobre edificios o elementos históricos de inmuebles, como la que se ejerció en el Gran Café Zaragoza, antigua Joyería Aladrén.

ACTUACIONES EN EL MONUMENTO
En concreto, este proyecto de rehabilitación «forma parte de un estudio del estado de conservación de diferentes monumentos de la ciudad, enmarcado en un  Plan de Sostenibilidad Turística en Destinos», ha señalado por su parte Sara Fernández. El Ayuntamiento de Zaragoza comenzó a elaborar este estudio el pasado mes de abril y los técnicos municipales señalaron la «preocupante y delicada situación» de este ‘Monumento a la Exposición Hispano Francesa de 1908’, ha explicado la consejera de Cultura, Educación y Turismo, «por lo que pusimos a trabajar de forma conjunta a los servicios de Urbanismo y Cultura para redactar un anteproyecto y realizar un amplio análisis de la situación».


Para acometer la intervención que ahora se presenta, se tienen que realizar, en primer lugar, estudios exhaustivos de materiales, estructura, entorno, alteraciones existentes y técnicas de ejecución; se realizará también un análisis químico del metal y de los recubrimientos para conocer los materiales presentes en el metal, las capas de corrosión y el recubrimiento protector; se ejecutarán ensayos de tensión superficial y de limpieza a diferentes alturas; se identificarán los carbonatos; y se harán estudios de índice de porosidad.
Después, se comenzará a trabajar sobre los elementos pétreos y metálicos, con la limpieza, la protección de zonas próximas a desprendimiento, la eliminación materiales de reposición, el llagueado de juntas, la fijación de elementos con resina y varillas de fibra de vidrio, la eliminación de grafitis y de ataques bióticos, el tratamiento de elementos metálicos, el sellado de fisuras y grietas, la consolidación estructural y de zonas arenizadas en piedra, la adecuación cromática y las protecciones finales de todos los elementos.

HISTORIA DEL MONUMENTO
El ‘Monumento a la Exposición Hispano-Francesa de 1908’ fue erigido en 1910 en el paseo de Pamplona, junto a la salida del entonces camino de los Cubos, hoy calle de Doctor Cerrada, y la plaza de Basilio Paraíso, frente al edificio del Paraninfo y a la Capitanía General. Si bien, en un principio se pensó ubicarlo en la plaza de Santa Engracia como marco de acceso a los terrenos donde levantaron en 1908 los pabellones efímeros de la Muestra Hispano-Francesa, e incluso se debatió la posibilidad de instalarlo en la plaza de San Miguel.
El conjunto escultórico se encargó ante el éxito que supuso dicha cita internacional y se pretendía con él dedicar un reconocimiento al organizador de la muestra: Basilio Paraíso. La obra fue encargada a los hermanos Miguel y Luciano Oslé, que habían obtenido las primeras medallas en las Exposiciones Nacionales de 1906 y 1908. Estos hermanos catalanes concibieron una composición alegórica de la paz, inspirada en otro monumento francés que hay en el puente de Alejandro III en la capital gala, París.


El conjunto, de inspiración francesa, presenta una alegoría de Zaragoza, representada por un león de bronce, conducido a cada lado por dos niños ángeles, elaborados en mármol, que llevan respectivamente los atributos de Mercurio y una estatuilla de Minerva, como alegorías del comercio y de las artes. En lo alto del pedestal cuelgan cuatro guirnaldas de bronce, y en la base se muestras escenas relativas a la agricultura y a las artes.
Además, la obra arquitectónica de los sillares fue diseñada por Ricardo Magdalena Gallifa. El zócalo es escalonado y sobre él se asienta un pedestal prismático de dos cuerpos, con un podio en el inferior para colocar la escultura de Basilio Paraíso.
En el frontal, en bronce y de medio cuerpo, se muestra el busto del propio Basilio Paraíso sentado en un sillón de piedra, del que tallaron el respaldo y los brazos. No obstante, esta incorporación se incluyó años después de su muerte, ya que el ilustre zaragozano no quería homenajes en vida. De hecho, el monumento se inauguró el 16 de enero de 1910 y no contó con Paraíso, quien alegó motivos de agenda para no asistir.
El monumento estuvo en la céntrica plaza zaragozana que hoy lleva el nombre del propio Basilio Paraíso hasta 1947, cuando fue desmontado por necesidades urbanísticas, y en 1951 fue instalado en su actual ubicación, en el parque grande de José Antonio Labordeta, al final de la avenida de los Bearneses.